No despilfarres electricidad
Es algo fundamental y que nos han dicho mil veces, pero aún así lo seguimos haciendo… No dejes los aparatos eléctricos encendidos cuando no los estés usando y tampoco los dejes en stand-by, ya que siguen gastando y, aunque no disparará tu factura supone nada menos que un 12% de la factura de electricidad, y eso se nota.
Bombillas eficientes
En la línea de lo anterior, si no estás en una estancia ¿por qué dejar la luz encendida? Apágala siempre que no la estés utilizando. Además, te recomendamos sustituir todas las bombillas de casa por unas de bajo consumo, son más caras pero a la larga ahorrarás bastante dinero. Y si puede ser por leds, mejor todavía, ya que son aún más eficientes.
Para que te hagas a la idea las bombillas eficientes consumen hasta 80% menos energía que las bombillas incandescentes y tienen hasta 10 y 15 veces mayor vida útil.
No malgastes agua
Otra cosa que nos han repetido hasta la saciedad desde que éramos pequeños, pero que seguimos olvidando de vez en cuando… Cierra el grifo del agua cuando no la estés utilizando, por ejemplo, cuando te estás lavando los dientes, afeitando o enjabonando el cuerpo. En un solo minuto se desperdician unos 10 litros de agua.
Una opción bastante interesante para ahorrar agua es instalar limitadores de caudal en la boca del grifo (aireadores), los cuales impiden que se abra más allá de un ángulo determinado. Así, el consumo de agua de los grifos pasa de 15 a 8 litros por minuto y el de la ducha de 20 a 10 litros.
Y os recordamos algunos otros consejos “de los de toda la vida” para ahorrar agua: Ducharse en lugar de bañarse, no usar el WC como cubo de basura y ¡cuidado con el riego!
Agua fría en vez de caliente
El agua caliente supone un cuarto del consumo energético de una vivienda normal. Por eso, cualquier mejora a este respecto nos ayudará a reducir la factura sustancialmente. Lo mejor son los grifos mono mando que permiten mezclar agua fría y caliente, y usar el agua fría siempre que se pueda (además, es mucho más saludable para la piel). Revisa también el gasto de agua de tu lavadora y lavavajillas.
No abuses de calefacción y aire acondicionado
La temperatura ideal para la casa está en torno a los 20ºC. Por cada grado de más, el gasto se incrementa entre un 5% y un 10%. Por la noche o cuando no estés en casa, lo mejor es ponerla a unos 15º, en lugar de quitarla del todo (recuerda que con los termostatos digitales controlarás mucho mejor la temperatura). En invierno, procura no tapar los radiadores ni estar en casa vestido como si fuera verano, vale más tener que taparse con una mantita que despilfarrar el dinero en calefacción. Y lo mismo en verano con el aire acondicionado, es cuestión de estar a una temperatura agradable, no como si estuviésemos metidos en un frigorífico.
Unas buenas ventanas son una inversión de futuro
Enlazando con el tema de la calefacción y el aire acondicionado, muchos hogares se ven obligados a abusar de ello, debido a las pérdidas de energía (calor o frío) que se produce a través de sus ventanas. Por eso, quizás ha llegado el momento de plantearte cambiar tus viejas e ineficientes ventanas (probablemente correderas de aluminio sin rotura de puente térmico) por unas buenas ventanas de PVC, que impidan que se escape por ellas nuestro dinero y los grados de temperatura que nos hacen sentir bien. El mejor sistema de apertura para garantizar un buen aislamiento es el practicable (también llamado abatible). No es broma, con unas buenas ventanas las pérdidas de energía que se producen a través de la ventana se pueden llegar a reducir hasta en un 70%.
Instalar unas buenas ventanas no puede considerarse un gasto como tal, sino más bien una inversión a medio-largo plazo, ya que gracias a ellas ahorraremos bastante dinero en nuestra factura energética y ganaremos en confort y bienestar.
Las persianas también cuentan (y mucho)
Por supuesto, unas buenas ventanas deben ir acompañadas de unas persianas que estén a su altura. Si ponemos unas ventanas aislantes, pero las persianas no lo son, habremos tirado el dinero, ya que nos entrará aire a través de las persianas, arruinando el aislamiento logrado por las ventanas. Sin embargo, si eliges una persiana de calidad, por ejemplo el sistema RolaPlus de KÖMMERLING, incluso mejorarás las prestaciones del conjunto. Por eso, si has decidido cambiar tus ventanas, te recomendamos que cambies también las persianas.
Electrodomésticos eficientes
Si tienes que renovar algún electrodoméstico apuesta por los más eficientes: fíjate que en su etiqueta ponga Clase A y, cuantas más cruces, mejor. Los mejores son los A+++ (conocidos como Triple A). Aunque son más caros que los de categorías inferiores, a lo largo de toda su vida nos permitirán ahorrar más de 600 € en electricidad.
Quizás ahora mismo no tengamos que cambiar ningún electrodoméstico, pero lo que sí podemos hacer siempre es utilizarlos de manera eficiente y racional, sin despilfarrar energía. Por ejemplo, no dejes el horno precalentando más de lo necesario o estés abriendo y cerrando su puerta, aprovecha el calor residual de la vitrocerámica o la plancha después de apagarlas o, como decíamos al hablar del agua, utiliza la lavadora y el lavavajillas sólo cuando puedas ponerlas a plena carga.
Ojo con los electrodomésticos que más consumen
Si todos los electrodomésticos hay que usarlos de forma eficiente, más aún los que más consumen. El frigorífico es, con diferencia, el que más gasta. Por eso es importante que esté ubicado en un lugar fresco y ventilado alejado de las fuentes de calor. Además, cuantas menos veces lo abras, mejor, ya que cada vez que lo haces se pierde un 7% de energía. Otros consejos útiles para ahorrar son no meter los alimentos calientes en él o tenerlo lleno, pero con espacio suficiente para que circule el aire. ¡Ah! Y mejor el microondas, usarlo en lugar del horno ahorra entre el 60 y el 70% de energía, además de mucho tiempo. La secadora es otro de los electrodomésticos que más consume. Por ello, utilízala lo menos posible, sólo cuando no puedas tender la ropa o te corra mucha prisa tener la ropa seca.
Revisa las instalaciones
La revisión de las instalaciones (gas, electricidad, etc.) es necesaria tanto por motivos de seguridad como para evitar gastos excesivos. En casas nuevas la revisión se debe hacer cada 10 años, mientras que las que tienen más de 25 años, hay que hacerla cada 5 años. Te recomendamos que antes de nada compares presupuestos y acudas siempre a profesionales y empresas acreditadas, así evitarás sorpresas desagradables.
Recorta la factura telefónica
Compara las distintas tarifas telefónicas que hay en el mercado (que hoy en día son muchas) y elige la que mejor se adapte al uso que haces del teléfono. Los paquetes que incluyen línea fija, línea móvil e Internet (a veces también televisión) suelen salir bastante más económicos que contratarlo todo por separado. Sobre todo, mira y compara y ¡ojo con las permanencias!
Planifica tu gasto mensual
¿Has pensado alguna vez, en qué se te va el dinero? ¿Controlas tus gastos y ahorros o vas improvisando? Te proponemos que hagas un planning mensual (a finales del mes anterior o el primer día de cada mes) y trates de ajustarte lo más posible a él. Así sabrás lo que gastas, en qué lo gastas, gestionarás mejor tu dinero y llegarás menos agobiado a fin de mes. Lo puedes hacer a través de una de las muchas aplicaciones online que hay o simplemente a través de una hoja Excel o… a la antigua usanza: ¡apuntándolo en un cuaderno!
Reduce superfluos
Cuando te hagas tu planning mensual, seguramente te darás cuenta de los muchos gastos innecesarios y totalmente prescindibles en los que se nos va el dinero cada mes. Muchos de ellos, además, perjudiciales para nuestra salud: tabaco, alcohol, dulces, etc. Por eso, controlando tus cuentas serás más consiente de en qué cosas puedes recortar -en caso de que sea necesario- y en cuáles no. Recuerda que el mejor aliado del derroche es la improvisación. Así que ante todo: control.
No olvides que los chollos a veces salen caros
Que quieras reducir en tu gasto mensual no implica ni mucho menos que compres cosas de baja calidad y te lances a ofertas demasiado baratas, las cuales casi siempre salen caras. Cuidado con los chollos, no te vayan a dar gato por liebre: Si algo es excesivamente barato, desconfía, y asegúrate de que se ajusta a lo que necesitas y tiene la calidad deseada. Si su calidad es mala y tienes que cambiarlo al poco tiempo, al final te habrás gastado el doble de dinero que si compras un producto de buena calidad desde el principio.Hay ciertos hábitos que podemos mantener en el súper para no gastarnos el sueldo del mes en la compra, pero tampoco dejarnos nada de lo realmente necesario:
Lo primero de todo es hacer la lista de la compra tranquilamente en casa, mirando las cosas que nos hacen falta y apuntándolas en un papel. Una vez en la tienda, compara precios (hay muchos productos de marca blanca con la misma calidad que otros de marca Premium -incluso fabricados por ellas mismas-, pero con un precio muy inferior). Compra la cantidad justa de cada cosa, así evitarás que se te eche a perder si tardas en consumirlo. Y ten en cuenta que los productos de temporada son hasta un 15% más baratos.
Evita las compras por impulso
Evita las compras por impulso y cíñete a tu lista de la compra. Verás que tienes muchas tentaciones (por supuesto, no es casualidad que los productos que más se vean y llamen nuestra atención sean los menos importantes, pero más atractivos). Si no eres capaz de resistirte a la tentación, una opción es hacer la compra desde casa (además es muy cómodo y ahorrarás tiempo). ¡Y revisa siempre el tique!
Por último, haz uso de las tarjetas descuento de los supermercados, como mínimo hazte con la del supermercado en el que compras habitualmente, y verás cómo ahorras.
Cómo ahorrar en la cocina
También a la hora de cocinar hay ciertas prácticas que nos pueden ayudar a ahorrar. Si antes ya mencionábamos el usar el calor residual de la placa o no precalentar el horno en exceso, algunas otras buenas e inteligentes costumbres en la cocina son: elegir sartenes y cazuelas de igual tamaño que los fuegos (evitarás que se desperdicie calor), tapar las ollas y sartenes, picar bien los alimentos antes de echarlos a la cazuela (tardarán menos en cocerse), dar preferencia al microondas con respecto al horno y, si utilizas éste último, cocina varios platos a la vez.
El tupper, nuestro gran aliado
Si el trabajo te obliga a comer fuera de casa, huye del bar todo lo que puedas y opta por el tupper o la tartera de toda la vida. Es una opción más sana y, desde luego, mucho más barata. Y comerás comida casera a diario.
Utiliza el transporte público
Además de contaminar menos, es más barato y, muchas veces, más rápido. Así que siempre que puedas utiliza el Cercanías, metro, bus… Además, puedes aprovechar el tiempo para ir leyendo un buen libro o dar una cabezadita, cosa que no puedes hacer si tienes que conducir y uno de sus principales beneficios: no tendrás que buscar aparcamiento. Y no te olvides que la bici también es una buena alternativa 🙂
Si tienes que utilizar el coche…
Si no te queda otra que coger el coche, conduce siempre de manera eficiente. No cargues el coche en exceso, viaja a una velocidad constante y en la marcha adecuada (cuanto más larga, mejor), evita frenazos y acelerones, etc.
Y, si te animas a ir un paso más allá, puedes ahorrar combustible y otros gastos (mantenimiento, peajes…) compartiendo coche. Existen varias aplicaciones web que te permitirán ahorrar el 75% del importe del viaje, tanto si ofreces tu coche como si vas en el de otro.
Productos de segunda mano
El “second hand” está de moda (impulsado, cómo no, por la crisis) y hoy no es ni mucho menos sinónimo de productos viejos o que están para “tirar”, sino que lo cierto es que muchas veces están como nuevos (o casi). Por eso, en 2014 un 40% de la población adulta española compró algún producto de segunda mano: ropa, libros, artículos de bebé, muebles y un largo etcétera. Además, también podemos vender lo que no queramos, pero esté en buen estado, y sacarnos un dinerillo. Lo más común es hacerlo online, aunque por supuesto también están los tradicionales mercadillos o rastrillos de toda la vida.
Reutiliza
Considera la opción de comprar artículos reutilizables. Algunas opciones son las baterías o pilas recargables y, por supuesto, las bolsas para la compra.
Y luego, ya yendo un paso más allá, puedes echarle un poco de imaginación a la vida y dales una “segunda oportunidad” a tus cosas viejas, piensa que prácticamente todo se puede reutilizar y reconvertir. Ya te dimos algunas sencillas ideas basadas en el concepto “Upcycling”, pero piensa que las posibilidades en este sentido son casi infinitas…
Si se rompe… no lo tires. Repáralo.
En general estamos bastante mal acostumbrados a no reparar las cosas cuando se nos rompen y muchas veces directamente las desechamos y compramos otras nuevas. A veces no queda otra, pero en ocasiones nos equivocamos ya que podrían tener arreglo. Si es algo que cuesta bastante dinero o a lo que le tienes especial cariño, te recomendamos que busques un profesional que te lo arregle, aunque creas que no, todavía los hay, e Internet nos lo pone más fácil que nunca para encontrarlos. Y si tú mismo eres un manitas, no necesitas que te digamos nada más ;).
Enseña a los niños a ahorrar desde pequeños
Es muy importante que los niños aprendan desde bien pequeños que todo tiene un precio y un valor y que cuesta mucho trabajo ganar el dinero por lo que no se puede malgastar. Y esto va desde sus juguetes, ropa… a los gastos de la casa de los que también son partícipes. Si les educamos con responsabilidad, conseguiremos que crezcan siendo menos “pidones” y derrochadores.
Internet nos ayuda, pero ¡cuidado!
Internet, como ya sabéis, es su mundo de posibilidades y una fuente inagotable de información. Aprovecha las ventajas que te ofrece la Web en este sentido: desde multitud de portales de ofertas en los que podemos ahorrarnos unos euros (eso sí, ¡cuidado! que crean adicción) hasta comparadores de precio de todo tipo (seguros, bancos, vuelos, viajes…), los cuales suelen ser bastante útiles.
Recuerda, siempre antes de comprar: ¡¡infórmate, mira, compara, piénsalo bien y, sólo después, compra!! Y a ti, ¿se te ocurren más formas para ahorrar en casa? ¡Compártelas con nosotros!