Podemos pensar que si estamos tranquilamente en casa, no estamos contaminando. Sin embargo, sin darnos cuenta muchas veces estamos llevando a cabo acciones que contaminan y que son perjudiciales para nuestra salud, y ni siquiera lo sabemos. Para ponerle solución a esta situación lo primero es identificar cuáles son estas acciones más o menos cotidianas que debemos evitar o, al menos, limitar.
– Mantén siempre limpia tu casa, sobre todo sé muy cuidadoso si tienes animales. Cuando limpies intenta no levantar polvo. Lo mejor es pasar la aspiradora y limpiar con paños húmedos (o impregnados del producto adecuado), mejor que usar el cepillo o el plumero.
– Saca la basura a diario. Y recuerda hacerlo siempre en el horario establecido, de las 20:00h a las 22:00h, entre otros motivos sino quieres que te pongan una multa. Por cierto, ¡no te olvides de reciclar!
– Evita utilizar productos tóxicos y aerosoles en la medida de lo posible. Si puedes usar productos ecológicos, mejor que mejor.
– Usa lo menos posible aquellos aparatos que producen exceso de vapor, como las vaporetas. Puedes usarlas, pero sin abusar y a una temperatura media.
– Ventila la casa al menos una vez al día. Aunque sea pleno invierno las casas hay que ventilarlas siempre para renovar el aire y evitar condensaciones.
– Te recomendamos que no fumes dentro de casa y menos con las ventanas cerradas. Si tienes una terracita o balcón ya sabes, mejor fumar ahí a que se concentre todo el humo en el interior de la casa. Aunque la mejor solución, sin duda, es dejar el vicio para siempre.
– Las plantas son un buen aliado para luchar contra contaminantes como benceno, formaldehído y tricloretileno, que son tres de los contaminantes más relacionados con el cáncer. Eso sí, evita tener muchas plantas en la habitación en la que duermas para que no absorban el oxígeno.
– Si es posible, elige aquellos combustibles que contaminan menos. La electricidad no contamina, pero si no se puede utilizar, te recomendamos el gas natural. Y para la cocina, mucho más limpia y saludable la vitrocerámica o placa de inducción que el butano.
– La humedad en casa se produce por infinidad de cosas: cocinar, secar la ropa, hervir agua, e incluso, respirar o toser. Este vapor debe salir fuera de la vivienda porque si no se acumula y condensa en muros, techos y vidrios. Y la casa se humedece, deteriora y produce focos insalubres en su interior. Por eso debemos tratar de tender la ropa fuera de casa, utilizar siempre que cocinemos la campana o tragahumos y abrir bien las ventanas, etc.
– Debemos mantener una temperatura adecuada y constante en casa. Así lograremos tres beneficios importantes: mantener el confort en nuestro hogar, reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera y ahorrar en nuestra factura energética.
– Para poder mantener esta temperatura adecuada en el hogar es importante contar con cerramientos de calidad que nos aíslen del exterior y eviten las pérdidas de energía a través de ellos. El material más aislante y hermético para las ventanas es el PVC.
Imagen Flickr: Kendyl Young