Después del frigorífico y el televisor, es el electrodoméstico que más energía consume en el conjunto de hogares españoles.
La práctica totalidad de las viviendas españolas disponen de una lavadora y, por término medio, se utiliza entre 3 y 5 veces por semana. Esto supone un gasto importante que si nos descuidamos puede provocarnos más de un dolor de cabeza. No debemos malgastar energía con lavadoras sin control, ya que lo que realmente conseguiremos es que “nos limpie la cartera”. Mirándolo desde otro punto de vista, pensemos que utilizando la lavadora de manera razonable y, sobre todo, con conocimiento de cuáles son las mejores maneras para no gastar, estaremos ahorrando mensualmente y… quién sabe, quizá al final de año podamos darnos un caprichito.
Trucos y consejos para que el ahorro en la lavadora sea una realidad
Un consejo muy sencillo es conocer que la mayor parte de la energía que consumen (entre el 80 y el 85%) se utiliza para calentar el agua, por lo que es muy importante recurrir a los programas de baja temperatura. ¿Véis qué sencillo?… solo con esto ya hemos ahorrado una barbaridad.
Otra manera muy eficaz, aunque supone un gasto inicial, es cambiar la lavadora por una que tenga un gasto energético de Clase A. Tengamos en cuenta que se estima que si se sustituye una lavadora de clase G por una nueva de clase A, el ahorro económico a lo largo de su vida útil asciende a 447 euros, compensando de sobra el mayor coste de adquisición.
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Otros consejos útiles son: aprovechar al máximo la capacidad de carga de su lavadora, aprovechar el calor del sol para secar la ropa, centrifugar antes de secar, ya que gasta menos que una secadora, y usar descalcificantes y limpiar regularmente el filtro de impurezas y de cal.
Si estás pensando en sustituir la lavadora, ten en cuenta que además de tener un etiquetado energético de clase A existen las lavadoras bitérmicas, con dos tomas de agua independiente: una para el agua fría y otra para la caliente. De este modo, el agua caliente se toma del circuito de agua caliente sanitaria, procedente del acumulador de energía solar, calentador o de la caldera de gas o gasóleo. Gracias a ello, se reduce un 25% el tiempo de lavado y se ahorra energía.
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