El cambio climático está provocando que el clima sea cada vez más extremo, y que problemas como la sequía sea aún más acuciantes. Esta situación tan delicada está obligando a mejorar la eficiencia en el uso de los recursos hídricos y a buscar nuevas fuentes sostenibles de abastecimiento.
Mientras se intentan soluciones a gran escala como convertir el agua salada en agua potable, o la reutilización de agua regenerada (agua residual depurada que recibe un tratamiento para que se pueda reutilizar) la población también puede ayudar a paliar este serio problema.
En líneas generales, mitigar de alguna manera el problema de la sequía pasa por hacer un consumo más responsable de un bien tan preciado como el agua, tanto dentro como fuera de casa.
En Vivienda Saludable sabemos que nuestro planeta es único y tenemos que cuidarlo, por eso os dejamos una serie de recomendaciones para no agravar aún más la situación:
- Haz un uso eficiente de los electrodomésticos: especialmente de la lavadora y el lavaplatos. Ponlos siempre a tope de su capacidad, en programas ecológicos, y recuerda que no hace falta enjuagar los platos antes de meterlos en el lavavajillas.
- Prueba a cambiar la habitual cocción de alimentos, para la que se usa mucha agua, por cocinarlos al vapor, que solo requiere llenar un poco el recipiente. Es ideal y mucho más saludable para las verduras, carnes, pescados, etc.
- Riego óptimo de plantas y césped: si es con regadera, usa la alcachofa para que el agua caiga en forma de lluvia fina, ya que el sustrato se hidrata mejor. También puedes recoger agua de lluvia para utilizarla en el riego, si tienes espacio para instalar un depósito para tal efecto. Si vas a poner césped, siembra una variedad que se adapte a las condiciones climáticas de tu zona o apuesta por el césped artificial. Y ¡ojo! Porque la altura del césped influye en su consumo de agua: un césped largo, necesitará mucho más riego que uno corto. Recuerda que los mejores momentos para regar son a primera hora de la mañana y a última de la tarde, ya que son las horas de menos incidencia solar.
- A la hora de la higiene, por muy apetecible que sea darnos un baño, la ducha siempre supone un considerable ahorro de agua (gasta un 50% menos). Además, podemos reducir el caudal de nuestra ducha para que salga menos cantidad con varios dispositivos. Existen aireadores, perlizadores o reductores de caudal. Unos estrechan el caño, otros introducen aire en el chorro de agua, y también los hay que limitan la apertura del mando. Se instalan fácilmente en la boca del grifo, sustituyendo el filtro normal, y también se pueden colocar en lavabos y fregaderos. También existen varios modelos de grifos eficientes, con los que el ahorro de agua también está garantizado. Si tienes que dejar correr el agua hasta que coja una temperatura óptima para el baño, guárdala en un recipiente y úsala posteriormente para regar o lavar los platos.
- Sustituye la botella de agua de plástico de un solo uso por una botella reutilizable, o la clásica cantimplora de toda la vida, que además mantiene más tiempo la temperatura del agua. Igual que nos hemos acostumbrado a llevar una bolsa plegable en nuestro bolso para cuando vamos a la compra y no pedir una de plástico, podemos llevar una botella de este tipo cada vez que salgamos de casa. Tu economía y el planeta te lo van a agradecer.
- Revisa todas las instalaciones, ya que que una pequeña fuga en el grifo, o una tubería que pierde, puede suponer un gran desperdicio de agua y dinero con el paso del tiempo.
- Si tienes que lavar el coche, hazlo en un lavadero automático: están ideados para que el consumo de agua sea responsable. Gastan menos agua que lavando el coche con una manguera a presión.
El problema de la sequía nos incumbe a todos y, por eso, no podemos permanecer indiferentes. Debemos adoptar medidas más respetuosas con el medio ambiente que pasan por el ahorro y por un consumo sensato.