Adquirir una vivienda es una de las decisiones más importantes en la vida de cualquier persona. Para muchos, las casas de segunda mano se han convertido en la mejor opción, ya sea porque su precio suele ser más competitivo que la vivienda de obra nueva y/o porque la oferta inmobiliaria es más amplia, sobre todo en el centro de las ciudades.
Y precisamente porque supone un desembolso cuantioso hay que extremar las precauciones a la hora de invertir y estar pendiente de muchos detalles. Desde Vivienda Saludable te recomendamos una serie de pautas si estás pensando en comprar una casa de segunda mano:
Planifica tus finanzas
Analiza con detalles todos los gastos y todos los ingresos que tienes, ya que esto nos permitirá saber cuál es nuestro estado financiero actual, con qué presupuesto real contamos y cuánto falta para llegar a nuestro objetivo.
No te olvides de destinar una parte del presupuesto a esos gastos extra que siempre surgen y que, en el caso de las viviendas de segunda mano, nos exponemos a que sean mayores (desperfectos, roturas, etc.). Y, si estás pensando en reformar la vivienda -algo muy habitual en las casas de segunda mano- incluye esa partida en tu presupuesto total.
Conoce el barrio y sus habitantes
Es aconsejable visitar la zona donde esté ubicada la vivienda en diferentes momentos del día, de la noche o del fin de semana. Así conocerás el entorno y te puedes hacer una idea clara del vecindario. Incluso puedes aprovechar para presentarte a tus futuros vecinos y preguntar posibles dudas que te surjan.
Comprueba el estado de la vivienda al detalle
Siempre que visites un piso tómate tu tiempo y revisa absolutamente todo: el estado de los armarios y sus cajones, si funcionan correctamente todos los grifos y qué presión tienen o si gotean, si abren y cierran correctamente las ventanas y las puertas. Tampoco debes olvidarte de cañerías o todo lo relacionado con el sistema eléctrico. En otras palabras, abre y cierra grifos y enciende y apaga las luces de la casa.
Verifica si dispone de luz natural
Aunque los expertos aseguren que con una reforma se puede ganar luminosidad y amplitud, lo cierto es que disponer de luz natural es fundamental. Por eso es importante ver la casa de segunda mano con luz natural y, a ser posible, en diferentes momentos del día. En esa línea, es importante que tenga también amplios ventanales que, además de un buen aislamiento, permitan aprovechar todo el potencial de la luz del sol.
Comprueba la orientación de la vivienda
Se suele decir que las mejores orientaciones para una casa son hacia el sur y hacia el este. Y es que una casa más luminosa y cálida influye en un mayor o menor gasto en electricidad y calefacción. Al hilo de esto último, investiga qué tipo de calefacción hay en el piso: eléctrica, bomba de calor, central o individual. Es más, si la casa tiene un buen aislamiento y no deja escapar el frío ni el calor, te supondrá un gran ahorro económico.
Revisa el estado del edificio
Aunque es un punto que también hay que tener en cuenta cuando se trata de obra nueva, no está de más recordar que conviene conocer la antigüedad del inmueble, los metros útiles, el estado del sistema de fontanería y electricidad, el suelo, posibles humedades, aislamiento… Todo cuenta para analizar el estado real y saber el desembolso que supondrán las reparaciones o reformas de la vivienda. No te olvides tampoco de las zonas comunes: plaza de garaje, piscina, trastero, zonas de recreo o de juegos, instalaciones deportivas, etc.
Comprueba cargas y deudas de la propiedad
En el Registro de la Propiedad se puede solicitar una Nota Simple para verificar quién es el titular de la vivienda y si existen cargas asociadas como una hipoteca. Por otro lado, es conveniente chequear si la vivienda está al día de los pagos de la comunidad y si existe alguna derrama programada, un dato que nos facilitarán en la Comunidad de Propietarios.
Ten en cuenta los gastos inevitables
En la compra de vivienda de segunda mano no hay que pagar IVA. En cambio, hay que afrontar el pago del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que depende de cada comunidad autónoma. El ITP lo tiene que abonar el comprador, que deberá presentar el modelo 600 de autoliquidación en la sede de Hacienda donde se ubique la vivienda. Dispondrá de un plazo de 30 días desde la firma de la escritura de compraventa.
En definitiva, se trata de tomarse todo el tiempo que sea necesario para comprobar cómo está la vivienda y estar preparados para todas las mejoras que necesite.