En este artículo hablaremos sobre los problemas del ruido en verano. El ruido suele ser el rey de los conflictos vecinales, tanto en invierno como en verano. Pero, como decíamos, inevitablemente se acrecenta aún más cuando llega el buen tiempo.
Problemas del ruido en verano
El ruido de la tele, de la música alta, de las riñas familiares, del bebé llorando o del perro ladrando se da en cualquier época del año y es molesto aunque estemos encerrados en casa a cal y canto, ya que las casas suelen estar mal insonorizadas y los cerramientos ser bastante malos. Si ya de por sí tenemos un problema de este tipo, cuando llega la estación estival, inevitablemente se multiplica porque el calor nos obliga a abrir las ventanas de par en par a ciertas horas para que entre el aire. Y, claro, por donde entra el aire entra el ruido…
Además el buen tiempo también anima a mucha gente a realizar obras de reforma en casa, con los correspondientes ruidos y otros trastornos (suciedad, monopolio del ascensor, etc.) que esto conlleva. Y ni qué decir de las fiestas veraniegas en la terraza o el patio, las cuales además de un problema de ruido, pueden implicar otros de olores y humos cuando van acompañadas de sabrosas (a la par que olorosas) barbacoas. Pero, no nos desviemos, la suciedad y los olores son un capítulo aparte del que ya hablaremos en próximos artículos…
Soluciones de los ruidos en verano
Cuando nos enfrentamos a un problema de éstos en nuestra comunidad de vecinos lo primero que debemos hacer es no dejarnos cegar por el enfado inicial, aplicar el sentido común y plantearnos: ¿los ruidos que hacen mis vecinos son especialmente exagerados o en realidad no van más allá de lo normal y están en la misma línea de los que puedo hacer yo en casa sin darme cuenta? Y también: ¿Es algo puntual o es un problema que viene de largo? Y por último cabría plantearnos: ¿el ruido que hacen es inevitable? Por ejemplo, si el bebé del vecino es muy llorón, poco pueden hacer para que deje de llorar y molestar a los vecinos. No es lo mismo eso, que el que pongan la tele a todo volumen a las 12 de la noche o discutan a gritos.
Ventanas aislantes
Por supuesto, si tenemos unas buenas ventanas aislantes y aire acondicionado en nuestra casa, podremos ahorrarnos bastantes dolores de cabeza provocados por los ruidos (sean o no vecinales). Pero si no es así o, a pesar de ello seguimos teniendo que convivir con ruidos realmente molestos, el primer paso es hablar tranquilamente y de buenas maneras con el vecino ruidoso. No olvides que casi siempre se consiguen más cosas por las buenas que por las malas (salvo excepciones), por lo que si hablas con tu vecino sobre el problema y es una persona razonables es posible que él trate de ponerle remedio en lo sucesivo.
Avisar sobre el ruido al presidente de la comunidad
El siguiente paso sería poner el problema en conocimiento del presidente de la comunidad o, en su caso, del administrador de la finca. Es muy probable que el problema no lo tengas sólo tú y que seáis varios los vecinos afectados por esta situación, así que lo mejor será centralizar la queja a través de un representante común de los vecinos quien deberá hacerle llegar la queja al susodicho por escrito y con acuse de recibo.
Si sois varios los afectados (o eres tú solo pero te apoya la comunidad), haréis mucha más fuerza.
Si los representantes de la comunidad tampoco consiguen que el vecino ruidoso cambie de actitud y ves que no queda otra solución viable, en última instancia te queda poner el asunto en manos de un abogado y esperar a que el problema se resuelva por vía legal. Quizás seáis varios los vecinos que estáis de acuerdo en adoptar esta vía, en este caso podéis poner una demanda conjunta o, si la comunidad de vecinos está de acuerdo, hacerlo a través de ella. Eso sí, antes de embarcarte en esto, piénsalo bien y ten en cuenta que puede ser un proceso largo, tedioso y costoso. Por ello, te recomendamos que sólo recurras a él si ya has agotado todas las demás vías.
La ley sobre el ruido
En cada Comunidad Autónoma es diferente aunque no se suelen diferenciar demasiado. Por ejemplo, la normativa sobre ‘Protección contra la contaminación acústica y térmica’ de la Comunidad de Madrid, en su artículo 5, determina que el día está dividido en tres periodos: el diurno, que va de las 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde; el vespertino o de tarde, que va de las 7 de la tarde a las 11 de la noche; y el nocturno, que va de las 11 de la noche hasta las 7 de la mañana. Los festivos, el periodo nocturno se amplía hasta las 8 de la mañana. Respecto al valor de los índices de ruido permitidos en cada intervalo, están regulados por el artículo 17, que incluye una tabla de valores en decibelios. Por ejemplo, en los dormitorios el límite durante el día y la tarde es de 30 dBA, y por la noche, de 25. Para el resto de estancias, los límites diurnos y vespertinos están en los 35 dBA, mientras que en horario nocturno no deben sobrepasarse los 30 dBA.
Sin duda, el ruido en verano es problema complejo dentro de las comunidades de vecinos y tiene muchos grados de intensidad (y también de paciencia). Puede ir desde algo “light” con lo que podemos más o menos lidiar, a un problema muy serio que puede desembocar incluso en ansiedad o depresión. Por eso te recomendamos que si aparece, trates de atajarlo y cortarlo de raíz cuanto antes.