¿Cuándo aislar térmicamente por el interior?
Si vives en un bloque y el resto de los vecinos de la comunidad no quiere hacer una rehabilitación energética de ningún tipo, el aislamiento por el exterior queda fuera de la mesa. Afortunadamente podemos recurrir a opciones como aislar térmicamente por el interior.
Si por la morfología o construcción del edificio, la instalación del aislamiento por el exterior no es posible o recomendable. En este caso será por recomendación de un técnico especializado.
Por último, si el edificio no tiene puentes térmicos (toda la estructura se encuentra al interior) y se quiere reducir el coste de la intervención, se puede optar por un aislamiento en cámara. La mejor forma de localizar los puentes térmicos es con una termografía, como ya explicamos en el artículo sobre diagnóstico de construcción.
Desventajas del aislado térmico por el interior
Al colocar el aislamiento por dentro, estamos perdiendo superficie útil de la vivienda. Hablamos de entre 4 y 10 centímetros en toda la línea de fachada. Además, los operarios tendrán que invadir la casa durante unos días (excepto si se inyecta en cámara desde el exterior).
En caso de haberlos, los puentes térmicos pueden derivar en condensaciones por diferencia de temperaturas entre los elementos aislados y los que no lo están. Las condensaciones son muy peligrosas pues disparan el riesgo de humedades y moho.
Además, si los puentes térmicos son bastante superficie de la total, puede que la intervención sea casi inapreciable.
Para aislar térmicamente el hogar por el interior existen dos sistemas fundamentales:
Trasdosado interior
Éste es el caso en que se colocan paneles rígidos de aislamiento en todos los muros que están en contacto con el exterior desde dentro de casa.
Existen trasdosados que se adhieren directamente sobre la pared y otros que llevan una subestructura metálica para sujetarlos. En cualquiera de los dos casos vamos a perder espacio del interior de la casa.
Inyección en cámara
Los muros de los edificios, en ocasiones, están formados por dos capas de ladrillos u otro material dejando una cámara de aire entremedias para cortar el paso del frío. Cuando es así, se puede rellenar esa cámara con material aislante, que es mucho más efectivo que el aire.
Este sistema es especialmente recomendable si se sabe que la fachada tiene una cámara continua (que pasa por delante de los forjados, pilares y tabiques) y vacía. En este caso, el aislamiento, aunque no podamos elegir su espesor, no tendrá discontinuidades (los famosos puentes térmicos) y será más efectivo. Aún así habrá que hacer un estudio para comprobar si la cámara está libre o tiene cascotes en el interior, en cuyo caso ya no sería tan continua como parece.
La inyección se hace con mangueras a través de pequeños taladros cada cierta distancia en los muros. Se puede hacer desde el exterior (los operarios se descuelgan con arneses) o desde el interior (entrando en las casas, pero con muy poca invasión).