Seguimos desgranando paso por paso los aspectos clave a la hora de cambiar las puertas interiores en tu hogar dándote las claves que necesitas:
Material de las puertas interiores
De entre los diversos materiales, la demanda principalmente se reparte entre puertas sintéticas y de madera natural o sintética. Mas las reinas del mambo en lo que a puertas interiores se refiere son las de madera; ese aporte acogedor de calidez en el ambiente no le pasa desapercibido a nadie. Pero claro, algo que debes saber antes de introducirte en este complejo mercado es que no todas las puertas de madera son iguales; y aquí comienza el lío: maciza o hueca; madera natural o sintética, y en ese caso DM o conglomerado, con o sin lacado…
– Hay dos variedades principalmente respecto a la composición:
- Puertas de interior macizas: Son robustas, mucho más pesadas y caras que las huecas. Gracias a su composición, su nivel de aislamiento y resistencia es muy elevado, lo que las hace idóneas como las puertas de entrada de la vivienda.
- Puertas de interior huecas: Son más ligeras debido a que se recubren con una chapa de madera, esto hace que sean más baratas pero también de menor calidad por lo que esta opción sólo te la aconsejamos si tu necesidad es meramente estética.
– Madera natural o sintética. La natural es magnifica pero claro, su mantenimiento y coste ya no son tan atractivos. Por ello una de las mejores soluciones es optar por el enchapado con DM (tablero de densidad media) o aglomerado, ya que no es tan caro como el de la madera natural maciza pero su aspecto es muy similar y sus prestaciones también. Y entre estos dos, en principio, el tablero con aglomerado es un poco menos denso, y aguanta peor la humedad.
– Si la quieres lacada, ten en cuenta que sobre todo compras la estética (las deseadas puertas con tonalidades claras) pero que por ello no tienes que renunciar a calidad: mira las capas que lleva y el material sobre el que se aplica (ahí es donde reside la diferencia y no siempre se hace sobre madera de calidad), Y mucho ojo con el acabado, porque una puerta mal lacada desmerecerá todo lo demás y hará que te arrepientas de tu elección.
El grosor de las puertas
Es importante hacer balance aquí de la necesidad de aislamiento que tienes, si vives solo y no tienes problemas de ruidos puedes renunciar a poner una puerta de mejor calidad. Eso sí, si tu casa está en la montaña o en zonas expuestas a temperaturas drásticas, el grosor y la calidad del material pasa a tener más peso, ya que si es demasiado fina, te ahorrarás unos euros que te pueden salir caros más adelante. (Ver nuestro cuadro de ayuda al final del post)
Diseño y acabado de las puertas de interior
Una de las partes más divertidas es seleccionar el diseño: liso, con molduras, vidrieras… Las puertas blancas con vidrieras que vemos en muchas revistas de decoración son ideales para dar amplitud y luminosidad a la estancia, pero las de acabado madera serán ideales para un ambiente rústico o clásico.
Con un presupuesto un poquito más holgado podrás encontrar verdaderas cuquerías que van desde poner espejos hasta integrar pizarras, láminas 3D, etc.
Algo a tener en cuenta en el acabado es que si está barnizada será más resistente, se limpiará mejor y esa capita extra hará que el deterioro de tu puerta sea más lento.
Otros elementos a los que tienes que prestar atención, sobre todo si tienes niños o mascotas en casa, son: que sea resistente a las manchas y golpes, que sea fácil de limpiar y con un mantenimiento sencillo.
*Una ayudita:
– La calidad de la madera se mide, entre otros factores, en función de su origen y de su densidad: a más densidad, mejor calidad.
– La calidad de las puertas lacadas se establece en función del número de capas (lo normal son 2 o 3) y el gramaje, la cantidad de laca aplicada (se mide en gramos por metro cuadrado gr/m2). Cuanto mayor sean éstos, mayor será la calidad y resistencia de la puerta.