Uno de los grandes miedos respecto a la seguridad en la vivienda, es que se inicie un incendio en ella, poniendo en peligro nuestra vida y la de quienes queremos. Por ese motivo, no está de más saber exactamente lo que tenemos que hacer en caso de vernos en una situación así.
Por supuesto, la idea es evitar cualquier incendio en nuestro hogar teniendo una actitud responsable, pero en ocasiones, los imprevistos suceden y la situación escapa a nuestro control.
Los expertos hablan del protocolo PAS: Proteger (o protegernos), Avisar y Socorrer ante un incendio. Puede parecer una directriz sencilla pero, en momentos de máxima tensión e incertidumbre, el miedo o la angustia nos llevan a tomar malas decisiones. Desde Vivienda Saludable vamos a recordar algunas de las instrucciones que hay que seguir si tenemos fuego en casa:
- Cerrar el gas y cortar la corriente eléctrica si es posible.
- Intentar apagar el fuego únicamente si es pequeño y, de poder hacerlo, situarse entre el fuego y una vía de escape. También hay que asegurarse de que no haya ningún producto inflamable cerca del fuego. Lo mejor es tener un pequeño extintor en casa para este tipo de situaciones.
- Si el fuego se está extendiendo, hay que salir de casa, no nos detengamos en coger nada, puesto que -y aunque suene muy duro- lo único irremplazable es nuestra vida. Y, muy importante, cerrar la puerta al salir y entregar las llaves a los bomberos. En este punto es fundamental conocer las vías de escape por las que podemos salir al exterior. Cuando se trata de una vivienda en un bloque de vecinos, por norma general conocemos cuáles son las salidas de emergencia, pero nunca está de más repasarlas mentalmente para estar preparados.
- Si el humo se está propagando, hay que agacharse y evacuar la zona gateando para evitar su inhalación y es recomendable cubrirse la nariz y la boca con un trapo humedecido, para que no penetre en nuestras vías respiratorias.
- Nunca hay que coger el ascensor cuando hay un incendio, porque podríamos quedar atrapados en una trampa mortal, por lo que la única opción son siempre las escaleras,
- Como tanto el fuego como el humo tienden a ascender, nunca se debe subir a los pisos superiores y, si en la habitación en la que estamos empieza a costar respirar, hay que tumbarse en el suelo.
- Si tenemos imposible la salida al exterior, la opción más sensata es protegerse en la habitación de la casa que esté más lejana del fuego, pero que tenga una ventana exterior por la que los equipos de emergencias puedan acudir al rescate.
- Antes de encerrarnos, si es posible cerraremos todas las puertas de la casa y pondremos obstáculos al fuego. Por ejemplo, se pueden colocar ropa mojada o toallas mojadas por debajo de la puerta o de las ventanas, para evitar que entre el humo.
- Si el fuego llega a la ropa y se incendia alguna prenda, hay que evitar echar a correr. Es más conveniente tumbarse en el suelo y rodar sobre uno mismo. Asimismo, si hay alguien con la ropa prendida, ayúdalo a tenderse en el suelo y cúbrelo con una manta o algo similar, apretando hasta extinguir las llamas.
- Si se incendia el cabello, hay que tapar la cabeza rápidamente con un trapo húmedo.
Y, por último, pero no por ello menos importante, aunque parezca algo obvio, lo más importante es mantener la calma. El fuego es imprevisible y hay que alejarse lo máximo posible de él y ponernos en un lugar seguro, aunque implique dejar nuestra casa atrás.