La prevención es el arma más efectiva para enfrentar el riesgo y nuestra tranquilidad es la base de nuestra felicidad. Debemos proteger la vivienda de todos aquellos elementos externos que puedan afectarle pero nunca debemos olvidar, la protección de la familia en su interior ya que muchas causas son habituales por la propia actividad del hogar.
Existen peligros que no podemos controlar pero sí podemos anticiparnos a ellos:
Seguridad externa
- Robos. Protege tu hogar con sistemas antirrobo adecuados y mantente al día de dispositivos de última generación: puertas y ventanas de seguridad, persianas motorizadas, alarmas…
- Incendios. Anticípate a posibles incendios acondicionando tu vivienda con materiales ignífugos.
- Inundaciones. Desde una pequeña avería hasta una catástrofe natural, utiliza materiales impermeables.
Seguridad interna
- Seguridad de los niños. Evita los accidentes, de pequeños y mayores, con sistemas apropiados de seguridad y apresúrate a minimizar los daños.
- Elementos peligrosos en el hogar. Exceso de muebles, suelos mojados, cierre de puertas, cajones…
- Seguros de hogar. Elige una póliza que se adecue a las necesidades presentes de tu hogar y de los que habitan en ella.