Vivimos en la época del aire acondicionado, la calefacción, de aclimatarnos a nuestra vivienda a base de gasto energético. Sin embargo, también nos son conocidos los resfriados persistentes, jaquecas, irritaciones de piel y ojos, etc.
Esto es debido a lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido como el Síndrome del edificio enfermo (SEE), que se ha definido como un conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire en estos espacios cerrados.
Es un conjunto de molestias y enfermedades originadas en la mala ventilación y contaminantes ambientales, tales como la propia respiración humana, olores provocados por el tabaquismo, una mala iluminación o un alto nivel de ruido, entre otros orígenes contrastados.
Los síntomas más comunes son irritaciones de ojos, nariz y garganta, sensación de sequedad en la piel, ronquera, respiración dificultosa, eritemas, dolor de cabeza, náuseas, mareos y vertigos, además de una elevada incidencia de infecciones respiratorias y resfriados.
Desde Vivienda Saludable queremos dar solución a estos problemas explicando el funcionamiento y los beneficios de alguna de las formas mas habituales de ventilación de las viviendas.
- Ventilación forzada, es una creación artificial de corrientes mediante medios mecánicos como los extractores de algunos cuartos de baño o la campana de la cocina, los ventiladores que mueven el aire creando corrientes artificiales, etc.
- Ventilación natural, es cualquier corriente de aire creada por la propia arquitectura de la vivienda. Existen varias maneras de ventilar por medios naturales pero las más comunes dentro de una vivienda son las siguientes:
- Ventilación cruzada, fundamental en cualquier vivienda y especialmente útiles en climas cálidos y húmedos. Consiste en abrir puertas o ventanas en lados opuestos de la casa. Al haber diferencia de temperatura y presión se crean unas corrientes que bañan todo el recorrido.
- Efecto chimenea. Como el aire caliente pesa menos que el frío, éste sube. Un ejemplo sería una chimenea con una ventana abierta en planta baja. El aire frío entra por la ventana y sale caliente por el hueco de la chimenea.
- Infiltración, generalmente involuntaria. Por ejemplo, rendijas en puertas o difusión a través de determinadas superficies.
Para terminar, te ofrecemos las siguientes recomendaciones básicas:
- Ventila diariamente, especialmente por las mañanas para dejar salir todo el CO2 venenoso, que soltamos al respirar por la noche.
- A la hora de comprar o alquilar una vivienda ten en cuenta las ventilaciones. Mejor con ventanas a fachada y patio interior para favorecer las corrientes.
Haz la prueba: comprobarás como a corto plazo tu salud te lo agradece.