Preparación previa para un buen cambio de armario
Cambiar el chip: podemos enfocar el cambio de armario, no solo como una forma de tener nuestro armario perfectamente organizado, sino como una reflexión que nos lleve a consumir de forma razonable y tomar mejores decisiones en el futuro.
Límite de tiempo: lo ideal es hacerlo en un fin de semana. Podemos dividir la tarea en dos días y cada día dedicarle un tiempo tope. El primer día lo podemos enfocar a la limpieza del armario y a la organización de las prendas, y el segundo al calzado y los accesorios.
Amenizar la tarea acompañándola de una música que nos anime, o tomarnos una infusión que nos guste.
Ordenar y seleccionar con criterio
- Vacía completamente los armarios y deposita todo encima de la cama. Así podrás ver de la cantidad de prendas que tienes y sabrás lo que ocupan.
- Aprovecha para limpiar a fondo el armario. Con el aspirador quitarás polvo y pelusas. Después, con un paño húmedo y un poco de jabón neutro, repasa todas las superficies. Repite el proceso con otro paño húmedo para quitar posibles restos de jabón y, después, seca.
- El momento de la elección: Ahora que puedes ver de un vistazo toda la ropa, es el momento en que debes decir qué te quedas y qué se va. El objetivo es conservar las prendas que tengan un rol en nuestra vida actual. Te aconsejamos dividir todo en tres montones: la ropa que quieres guardar para la siguiente temporada; la ropa que vas a donar porque no te la has puesto en este último año y, siendo realista, no te las vas a poner más, y, por último, el montón de ropa con dudas. A ese montón puedes volver tras un rato para tomar la decisión de si va en el montón 1 o el 2.
- Ordenar por categorías, es decir, todas las camisas o pantalones juntos. Si hay una gran cantidad de prendas lo podemos subdividir en colores. Por ejemplo, lo ideal es colocar todas las camisas juntas y por orden, dividiendo las blancas, las negras y las de color.
- Debemos procurar poner una sola prenda por percha. Si amontonamos una sobre otra, corremos el riesgo de no tenerlas a la vista y… lo que no se ve no se usa.
- Cuelga solo la ropa que necesita ir colgada, como las camisas delicadas o las chaquetas. En el espacio en el que cuelgas 10 prendas puedes guardar dobladas entre 20 y 40 prendas.
- Para optimizar el espacio en el interior de las baldas y los cajones, podemos usar elementos de almacenaje y organizadores. Coloca la ropa de forma escalonada. Así puedes aprovechar mejor el hueco que queda debajo y los bajos no se arrugan.
Guarda bien la ropa de la otra estación:
- Lavar la ropa antes de guardarla. Las prendas conservarán su textura y color más tiempo si las almacenamos libres de manchas.
- Procura que el lugar de almacenaje esté seco, alejado de cualquier humedad y de la luz solar y con una temperatura constante. El altillo del armario, una cómoda que no uses o debajo de la cama son buenas opciones.
- Para guardar las prendas utiliza bolsas de cierre hermético o cajas de plástico o tela. Las de cartón pueden ser un foco de humedades o plagas de ácaros, y son susceptibles de deformarse.
- Dobla todo con mimo para evitar arrugas indeseadas e intercala saquitos de lavanda para repelar a las polillas.
- Señaliza con un rótulo qué hay dentro de cada caja para tener todas las prendas localizadas si hay un cambio brusco de tiempo.
Un armario bien ordenado nos puede ayudar a ahorrar tiempo cada día, a aprovechar al máximo el espacio del que disponemos y a tenerlo todo a mano.