La noche más terrorífica del año se acerca, pero aún hay tiempo para poder customizar nuestra vivienda como se merece. En esta ocasión os proponemos que sea de una manera original, pero también económica. Con tiempo, materiales y algo de imaginación y maña, se pueden conseguir resultados muy vistosos.
- Una entrada terrorífica: decorar nuestra puerta de acceso a casa es un recurso que no falla nunca en Halloween. Una manera sencilla es colocar hebras de lana deshilachadas y pegarlas como si fueran telarañas. Pero también puedes probar a colocar un vinilo o papel adhesivo de color negro, en el que habrá dibujado unos ojos ovalados, un triángulo y una boca con los dientes separados (como los que aparecen en las calabazas decoradas). También puedes forrar el exterior de la puerta con papel charol de color naranja como si fuera una calabaza. El camino a tu puerta puede ser aterrador si colocas pequeñas arañas de goma y las pegas con cinta de doble cara en el pasillo o las paredes, dibujando una hilera de estos horripilantes arácnidos.
- Ambienta el recibidor con una bonita composición de calabazas, en distintos tamaños y con decoraciones diferentes, en tela o pintura. Con una cartulina negra puedes dibujar y recortar murciélagos -ayudándote con una plantilla- de diferentes tamaños, y pegarlos por las paredes. No olvides pintarles unos pequeños ojos blancos para un mayor realismo.
- El jardín que más asusta -si tienes- puedes conseguirlo imitando un viejo cementerio. Con telarañas de algodón o silicona, arañitas de goma y lápidas, que puedes hacer con cartón pintado en gris, sobre el que puedes escribir nombres y fechas. Sobre el césped, deja junto a las cruces (hechas con dos palos) o las tumbas, de forma descuidada ropa vieja para dar la impresión de que un batallón de zombies están a punto de regresar a la vida.
- Recicla lo que tengas en casa y dale un toque misterioso. Puedas crear unas botellas de cristal terroríficas y dejarlas por toda la casa, reutilizando tarros de conserva, con falsos dedos o animales extraños (que venden en cualquier tienda de chucherías). Llena el recipiente con agua, gominolas, colorante alimentario y algo de purpurina. Con los cilindros de cartón de los rollos de papel higiénico se pueden diseñar unos divertidos monstruos infantiles. Recrea a Frankenstein, una bruja, un vampiro… pintando encima o poniéndoles pegatinas.
- Una mesa de miedo: ya sea porque tengas invitados a cenar o a comer, o porque quieras darle un toque diferente y divertido a las comidas en casa, también puedes decorar la mesa para Halloween. ¿Cómo? Puedes coger hojas de los árboles que se hayan caído y dibujar ojos y sonrisas siniestras en ellas. Después, espárcelas por toda la mesa para ese look otoñal pero un puntito siniestro, que puedes completar con unas gotas de tomate o kétchup imitando un rastro de sangre. ¿Quieres que la mesa se convierta en la falda de una malvada bruja? Coge cualquier par de leotardos o leggins que tengas por casa y colócaselos a las patas de la mesa. Luego, busca unos pequeños botines negros para culminar esta decoración DIY y cubre todo con un mantel negro que simule la falda de la bruja.
Por supuesto, decorar nuestra casa para celebrar Halloween será una tarea mucho más divertida si se involucran todos los miembros de la familia, tantos los más grandes como los más pequeños. Y seguro que con estos trucos el resultado será de diez y tendréis la vivienda más aterradora de todo el edificio. Y, por supuesto, no os olvidéis de tener unas chuches para cuando llamen a vuestra puerta: ¿truco o trato?