Puedes hacer una casa súpereficiente del tamaño, estilo, forma y distribución que más te guste. Podemos decir que el que sea pasiva o no depende de lo que lleva dentro de los muros, las ventanas y la cubierta. El espacio interior y los acabados que lleve por fuera son totalmente personalizables. Hemos recopilado algunos ejemplos para inspirarte:
Esta vivienda tiene un acabado textil por el exterior en el que los niños pueden incluso pintar todas las veces que quieran. Aún con esos ventanales y el aspecto de fragilidad de la envolvente, el consumo energético de esta casa es de risa.
Si buscamos algo más tradicional, podemos recurrir al ladrillo sin comprometer los resultados. El único condicionante es que necesita ventanas muy grandes en algunas orientaciones; el resto es cosa tuya.
Si te gusta estar conectado con la naturaleza, no hay casa más luminosa que la vivienda pasiva Brandywine. Mira qué cerrada y misteriosa es por fuera y lo transparente que se vuelve hacia el jardín.
Este caso es el de una casa rural rehabilitada, con el aspecto rústico que todos queremos en una casa de campo. Aún siendo una rehabilitación han conseguido que sea autosuficiente energéticamente hablando, sin ni siquiera estar conectada a la red. Esta preciosidad está en Son Gabriela, Mallorca.
Si queremos una cosa más discreta, también las hay. La vivienda Kénogami sólo necesita para calentarse la misma energía que un secador de pelo, y aún así mantiene una imagen sobria y sencilla.
Con mezcla de estilos, esta casa del estudio de arquitectura Snohetta tiene unos acabados de lujo sin dejar de prestar atención a la eficiencia energética o a un diseño provocador para la imagen exterior.
Como veis el estilo no es un impedimento, sino una razón más para apostar por una casa PassivHaus: hazte tu hogar a la carta y ahorra. Si quieres saber más sobre las ventajas a la hora de decorar una casa pasiva, lee nuestro artículo Viviendas súper-eficientes: ¡más fáciles de decorar que ninguna!