¿En qué se diferencia de mi casa?
- Tendrás unos ventanales enormes, especialmente orientados a sur. Prepárate para mucha luz. Cortinas y estores que tamicen la luz serán necesarios para evitar el deslumbramiento en algunas épocas del año.
- Los radiadores desaparecen, tu casa ya no necesita calefacción. Olvídate de los viejos trucos para camuflarlos o de los muebles separados 14 centímetros de la pared.
- Lo mismo para los pilares o vigas que sobresalían a medias de las paredes. Con la gran cantidad de aislamiento que hace falta para alcanzar la máxima eficiencia, la estructura queda totalmente sumergida en los muros de fachada y no volverá a ser un estorbo.
- El cajón de persiana que sale del muro hacia dentro, ¡muerto también!
- Otra baja que no echaremos de menos: el aire acondicionado. Se acabó el comprarse el modelo más caro porque es más estético o el intentar esconderlo tras las cortinas. El sistema de ventilación se encarga de mantener la temperatura perfecta en el interior sin necesidad de otros aparatos.
¡Los muros de tu casa serán lisos y libres de condicionantes, para que des rienda suelta a tu imaginación!
- Respecto al exterior, nos libramos también de los toldos y otros aliens para desviar el sol en verano. Una casa pasiva está diseñada para dar sombra sobre la fachada en las partes y horas críticas. Así la imagen de la vivienda será limpia y armoniosa.
Además, prepárate para limpiar mucho menos: tu casa será tan estanca que alucinarás con el poco polvo que encontrarás. Podrás tener todas las figuritas de casa de tu abuela en la estantería sin que la limpieza sea una tortura.
¿Te habías fijado en que las casas de ahora nos condicionaban tanto? Es otra de las molestias en extinción en la nueva forma de construir y habitar.