El primer semestre de 2018 deja un resultado de 3.274.205 personas en España dadas de alta como autónomos en el RETA. 6 de cada 10 trabajadores por cuenta propia lo son como persona física, exactamente el 61,3% de total. Como vemos, cada vez son más las personas que deciden independizarse laboralmente hablando y trabajar desde casa.
No es algo fácil porque deben lidiar con un montón de distracciones y con un espacio que está pensado para ser una casa. Por lo que crear un despacho o un rincón específicos para trabajar es la mejor solución con el fin de concentrarse más y mejor. Desde vivienda saludable os damos las claves para ello.
Claves para trabajar desde casa
Despacho u oficina
Lo lógico es que tengas tu propio espacio para trabajar como si fueras a la oficina cada mañana. De lo contrario, y especialmente si hay familia o niños pequeños, la mesa donde trabajes se llenará de estorbos, comida, juguetes y va a ser imposible trabajar como es debido.
Para ello escoge, en la medida de lo posible, el rincón de la casa que sea ideal y transfórmalo en tu oficina. No debe ser ni muy espacioso ni tampoco muy pequeño, con suficiente luz natural y bien acondicionado para trabajar a gusto. No trabajes en la habitación o el comedor, las distracciones son enormes.
Espacio sólo para trabajar o reunirse
Esta oficina en casa será únicamente destinada para este fin, es decir, para trabajar o bien reunirse con algún cliente. No servirá como trastero, guarda ropa o para otros usos (deberes de los niños) porque entonces estamos mezclando vida laboral con familiar y reinará el caos.
La decoración
La manera en cómo se decore este espacio es fundamental para concentrarnos y rendir mejor. Menos es más, por lo que no puede ser un espacio demasiado recargado, con múltiples colores, fotos o cuadros. Si hay cosas por en medio, lo dejaremos todo en cajones, armarios y estanterías. Recomendamos los espacios con tonos claros, tanto en paredes como en mesas y sillas. También adquirir muebles ergonómicos, prácticos y funcionales como una buena silla adaptada para pasar largas horas. La mesa debe estar despejada, solo con aquello que necesitemos en ese momento para trabajar. Si nos va bien, decoraremos con una planta o flor que dé algo de vida al espacio.
Pausas y más
Trabajar desde casa tiene la ventaja de que uno puede salir a dar una vuelta cuando le apetezca. También comer o beber cuando queramos, pero entre sus desventajas está que el ritmo de trabajo puede ser más alto y aumentan las distracciones. Necesitamos entonces levantarnos, salir, ir a comprar, hacer ejercicio físico y volver a nuestra rutina.
Máximo confort
Este espacio de trabajo debe estar dotado del confort necesario para que nuestro rendimiento sea óptimo. Deberemos aprovechar la luz natural al máximo. Si no las tenemos, instalaremos ventanas bien aisladas y sistemas de ventilación para disfrutar de aire limpio cuando sea necesario. Según el IDAE, contar con unas ventanas de buena calidad y un aislamiento térmico adecuado reduce hasta un 70% de las pérdidas energéticas en el hogar.
Ahorro de energía
Trabajar desde casa puede suponer un aumento del gasto energético considerable. Para evitarlo recomendamos preguntar sobre tarifas planas en Internet y luz. Y no tener la calefacción encendida a temperaturas altas ni el aire acondicionado a tope. La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, aconseja mantener una temperatura en casa de unos 20º, puesto que cada grado de más, el gasto se incrementa entre un 5% y un 10%. Mientras que es indispensable que cuando vayamos a la compra o acabemos de trabajar, desenchufemos ordenadores, tablets y otros aparatos eléctricos, puesto que consumen energía aunque no se estén utilizando, representando un 7% del gasto eléctrico anual de la vivienda.