La modernidad de los tiempos, los flujos económicos y otra serie de factores han generado masivos desplazamientos a las grandes urbes, provocando que los espacios sean cada vez más pequeños. Esto conlleva a grandes desafíos para los profesionales de la arquitectura, ya que cada centímetro cuenta y optimizar los recursos es una premisa fundamental para dar vida a nuestro espacio.
Para los que se enfrentan ahora mismo con el reto de diseñar un espacio pequeño es clave priorizar las necesidades y utilizar lo indispensable para que haya funcionalidad con lo que se cuenta. En este caso, los materiales y el mobiliario, como elementos divisorios, son fundamentales en el desarrollo de un espacio arquitectónico.
Estos elementos se conciben por lo general como parte de piezas multifuncionales que recrean dos o más actividades al tiempo y a la vez que delimitan los espacios. La ventaja de contar con espacios pequeños, minimalistas, es que hay un control total del interior y surge una interacción con el usuario que permite al espacio adaptarse al habitante y no viceversa.
La luz juega un papel importantísimo en espacios cerrados y pequeños, da transparencia y amplitud a los espacios y encierra una atmósfera acogedora. Si en tu espacio hay carencia de luz natural y la únicas alternativas son iluminación artificial, busca emplear espacios diáfanos o en su defecto usa pocos elementos divisorios para dar fluidez en la iluminación y crear una sensación de mayor amplitud.
La elección de colores en los muros divisorios y techo pueden tener un impacto significativo en la apariencia general de un espacio. Suena a cliché, pero los colores claros, en escalas de beige, azules pálidos, rosas pálidos o cremas están muy en boga y son casi una segura elección en espacios pequeños. Esto no quiere decir que no se pueda romper con una pared pintada de color fuerte; se puede siempre y cuando el tono del color fuerte contraste con las paredes de color más claro.
Por lo general se va sobre seguro si se emplea el color blanco. Es importante que tengamos en cuenta no usar muchos contrastes: utiliza colores que sean de la misma familia y no mezcles muchos patrones. Si se cuenta con techos altos, se puede pintar una pared en un tono más oscuro para equilibrar o darle fuerza al mismo espacio.
Además se puede emplear elementos cálidos como la madera en el pavimento, mobiliario o en la carpintería; la madera es un elemento noble que conjuga bastante bien en cualquier espacio. Puedes también emplear otros materiales como metal pintado, textiles, laminados en mobiliarios siempre en armonía con el conjunto interior del espacio.
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