Además de cumplir con una función estética, los toldos y otros elementos protectores de la vivienda, como las persianas, son aliados fundamentales para disfrutar del aire libre sin estar tan expuestos. Pero además, al aislar la casa para evitar que entre el calor de la calle, mantienen una temperatura del interior de la vivienda más estable, lo que se traduce en un ahorro económico.
Para que se pueda prolongar su vida útil, es básico llevar a cabo una buena limpieza de los mismos. Algunas velas, toldos y sombrillas pueden sacarse con cierta facilidad de su estructura. Si es así, puedes lavarlos en la lavadora en un programa de agua fría con tu detergente habitual y dejarlos que se sequen al aire, nunca en la secadora.
Si no es el caso, desde Vivienda Saludable te compartimos una serie de consejos para que sea una operación de limpieza sencilla y eficiente. Por supuesto, los toldos, velas, pérgolas… suelen estar en partes de nuestra casa un tanto difíciles de acceder, por lo que hay que tomar las debidas precauciones de seguridad.
- Si se trata de una sombrilla, lo mejor es abrirla en el suelo y atacar las manchas más resistentes con agua tibia, detergente y un cepillo de cerdas suaves. Si cuentas con una manguera a mano, rocía la sombrilla por toda la superficie. Si tu terraza o jardín no es apta para que corra tanta agua, puedes llevarla a un autoservicio de lavado de coches para rematar su enjuague. Y cuando la vayas a guardar en invierno, hazlo en posición vertical, para que los insectos no tengan acceso.
- Para toldos y pérgolas que sean de lona, usa un detergente neutro y mézclalo con agua. Con un paño de algodón, previamente escurrido, frota la parte exterior del toldo e incide en las zonas que tengan acumulada una mayor suciedad. Después, humedece otro paño de algodón solo con agua y pásalo por toda la parte exterior del toldo para eliminar los restos de suciedad y detergente que pudieran haber quedado. Por último, deja secar al aire libre. También puedes limpiarlo previamente con una vaporeta para, así, humedecer las zonas más sucias.
- Si es un toldo de plástico, el procedimiento es bastante parecido al de los confeccionados con lona, solo que usando un detergente para limpiar superficies, o un desengrasante suave, y agua. Después de mojar la superficie abundantemente, frota toda la superficie y deja que se seque totalmente abierto al aire.
- Otra opción para manchas rebeldes es utilizar una solución de vinagre y agua. Mezcla partes iguales de vinagre blanco y agua tibia en un pulverizador y rocía la solución sobre el toldo. Deja actuar durante unos minutos antes de frotar suavemente con un cepillo suave. Luego, enjuaga a conciencia el toldo con agua limpia y deja que se seque al aire libre.
- Los faldones de los toldos, ese trozo de tela que cuelga del perfil frontal, pueden quitarse para una limpieza más fácil y rápida. Tan solo tienes que retirar los embellecedores y tirar de la guía. Dependiendo del material del que estén confeccionados, podrás limpiarlos de una manera u otra.
Recuerda que debido a las condiciones climatológicas a las que están expuestos, los toldos, pérgolas o similares, suelen acumular mucha suciedad, por lo que es recomendable hacer una limpieza con cierta frecuencia y no solo cuando empieza el verano. Y un consejo extra: siempre que llueva intenta recoger el toldo para que no acumule humedad. Comprueba que está seco siempre que lo vayas a enrollar, de lo contrario aparecerá el temido moho.