Si te vas a hacer una casa o quizás estás pensando en una reforma integral de la tuya, es posible que se te haya pasado por la cabeza la siguiente cuestión: ¿mejor la cocina abierta al salón y sin tabiques o mejor cerrada y perfectamente delimitada por sus cuatro paredes? Pues como muchas cosas en esta vida, la respuesta no es un sí o un no rotundo, sino un “depende”. Depende del espacio disponible, de tus necesidades, de tus hábitos y, por supuesto, de tus gustos personales. En definitiva, hay que analizar los pros y los contras de cada tipo para ver cuál es la opción que mejor nos va.
En este caso nos vamos a centrar en lo mejor y lo peor de las cocinas abiertas para poder valorar si nos convienen en nuestro caso o no.
Ventajas de la cocina abierta
- Ganas espacio. Si tu piso no es muy grande y, por supuesto si hablamos de un apartamento o un estudio, es la mejor opción para ganar espacio y conseguir una sensación de mayor amplitud. En este caso una cocina cerrada se quedaría en una estancia muy pequeñita que a veces puede llegar a resultar agobiante e incluso claustrofóbica. Sin embargo, una cocina abierta al salón, y quizás separada sólo por una barra americana, da la sensación de mayor espacio y libertad de movimiento.
- Más luz natural. El salón normalmente, aparte de ser la estancia más amplia de la casa, suele tener grandes ventanales o puertas correderas y dar a la parte exterior del edificio (muchas veces a patios, balcones o terrazas). Por eso también suele ser el lugar más luminoso de la vivienda y donde más nos apetece estar. En cambio con las cocinas, por desgracia, suele ocurrir todo lo contrario: es frecuente que sean pequeñas y oscuras, muchas dan a patios interiores poco luminosos y tienen ventanas muy pequeñas con el fin de aprovechar al máximo el espacio para poner armarios. Por eso combinar el salón y la cocina en una sola estancia puede ser una gran idea, no sólo para ganar espacio, sino para que el salón aporte a la cocina esa luminosidad que a ella le falta. Y además, así ahorraremos en nuestra factura de la luz.
- Puedes interactuar con los demás mientras cocinas. Si no eres de los que les gusta cocinar solo y tranquilo, y prefieres charlar con tu pareja o echar un vistazo a los peques mientras preparas la comida o la cena, no lo dudes, lo tuyo es una cocina abierta que te permita relacionarte con los demás mientras cocinas.
Inconvenientes de la cocina abierta
- Los olores se extienden más. Al estar todo junto, es inevitable que en una cocina abierta los olores y los humos lleguen mucho más al salón que en una cerrada. Por mucho que tengas una buena campana extractora y abras las ventanas, esta consecuencia es inevitable, así que hay que tenerla en cuenta desde el principio y valorar si cocinamos con frecuencia, que tipo de platos solemos preparar (ej. plato oloroso versus ensaladas, etc.)
- El ruido se extiende a toda la casa. Obviamente cuando se cocina se hace ruido y al tener una cocina abierta es probable que se moleste más a otros miembros de la familia que, por ejemplo, estén descansando o viendo la tele en el salón. En una cerrada cada uno está en su sitio y esto no ocurre, aunque también tiene el inconveniente de que muchas veces tienes que hablar a voces para decirle algo al que está en el salón porque no te oye.
- Menos tranquilidad para cocinar. Lo que podía ser una ventaja de la cocina abierta que era interactuar con los demás, puede convertirse en un hándicap cuando lo que queremos es estar tranquilos y concentrarnos en lo que estamos haciendo. En una cocina abierta puede que los niños gritando en el salón, la tele a todo volumen o simplemente la familia de cháchara no nos deje concentrarnos en lo que estamos haciendo. Algo que en una cocina ‘tradicional’ se solucionaría con sólo cerrar la puerta.
- El desorden queda a la vista de todos. La cocina es un sitio donde lógicamente se genera bastante desorden ya que se utilizan muchos utensilios y alimentos. Éstos muchas veces se van quedando por medio hasta que finalmente podemos o nos apetece recogerlos. Por eso, hasta que eso ocurre si se tiene una cocina abierta el desorden o la suciedad generada quedará visible desde el salón. Sin embargo, en las otras cocinas, cierras la puerta y adiós desorden (al menos hasta que la vuelvas a abrir).
Y éstas son, a grandes rasgos, las ventajas e inconvenientes de las cocinas abiertas. Ahora, elegir uno u otro, depende de lo que sea mejor para ti y tu familia y, sobre todo, de lo que os haga la vida más cómoda y agradable, que al fin y al cabo es de lo que se trata.