Sea grande o pequeño, el baño puede convertirse en una especie de cajón desastre en el que llegamos a acumular productos de todo tipo. El problema es que, aparte de ser motivo de desorden constante, muchas de estas cosas sufren en esta estancia y se deterioran. El motivo principal es que la humedad constante y la falta de ventilación puede estropear muchos productos, acortando su vida útil o inutilizándolos
De hecho, tener una buena ventilación es la clave para que no se estropeen tanto muchos de estos productos, sino te queda más remedio que guardarlos en el baño. Y, en ese sentido, es primordial contar en el baño con unas ventanas de altas prestaciones que nos garanticen el mejor aislamiento y favorezcan la ventilación, por ejemplo con una apertura oscilobatiente.
A continuación, desde Vivienda Saludable, haremos un repaso de algunos de estos utensilios y complementos a los que conviene cambiar de emplazamiento, aunque creas que no pasa nada porque sigan ahí.
- Los perfumes: debido al vapor del agua caliente y la humedad que se produce en el interior, los baños suelen sufrir una gran variación en la temperatura, lo que afecta directamente a las fragancias. Además, los perfumes tienen una cantidad elevada de alcohol y son sensible al calor y a la luz solar. El resultado de esta combinación es que la fragancia se vaya evaporando y ya no huela como al principio.
- Las joyas: algunos metales en la joyería reaccionan con el ambiente. Tal es el caso de la plata. En lugares húmedos, las joyas confeccionadas en plata suelen oxidarse más rápidamente. Es recomendable guardar las joyas en un lugar seco, ya que en el baño corren el riesgo de oxidarse, deteriorarse y estropearse.
- Acumular toallas: si bien es cierto que necesitamos toallas para el baño, lo que no es aconsejable es guardar un montón de toallas limpias ahí, sino solamente las que estemos usando con regularidad. Y es que un exceso de humedad puede repercutir negativamente en su tejido. Lo ideal es almacenar las toallas en un área que esté bien ventilada y seca, como un armario fuera del baño. Tampoco es recomendable dejarlas colgadas detrás de la puerta una vez que las hemos usado, y es que ese es un lugar que no siempre está ventilado, por lo que las toallas nunca se terminan de secar del todo.
- El maquillaje: de nuevo la humedad y cambios de temperatura son los enemigos letales para los productos de maquillaje, que pueden ver cómo su textura y calidad se deterioran mucho antes. Además, el baño es un lugar donde se generan muchos gérmenes y bacterias, especialmente en áreas como lavabo y ducha. Dicho de otro modo, guardar el maquillaje en el baño aumenta el riesgo de contaminación bacteriana.
- Medicamentos. Los cambios bruscos de temperatura, un calor excesivo (producto del secador, plancha del pelo, etc) pueden afectar a las condiciones de los medicamentos que estén cerca, ya sea en formato tableta o cápsulas. Es mejor almacenar los medicamentos en un lugar fresco, seco y fuera del alcance de los niños y las mascotas.
- Aquellos productos que nunca usas: desde las muestras de cremas y perfumes que te dieron hace tiempo y nunca abriste, o esos botes de crema a los que les queda muy poco pero nunca los tiras, o esas brochas y cepillos que ya están muy gastados. Solamente ocupan espacio y no contribuyen al orden del baño, ni a crear una sensación de armonía y bienestar.
Aunque resulte muy cómodo tener a mano una gran variedad de enseres en nuestro baño, puede acabar resultando perjudicial y contribuir a su deterioro, mejor buscarles otro lugar de almacenamiento para que nos duren mucho más.