El ayuno intermitente es una pauta de alimentación que se caracteriza por alternar entre períodos de ayuno y alimentación. No detalla los alimentos que debemos ingerir, pero sí especifica cuándo debemos comer. En definitiva, se trata de no comer durante una etapa del día, para después comer de una forma equilibrada y normal. Una dieta en la que entran todo tipo de nutrientes y alimentos, siendo la única condición el momento en el que comemos.
Es importante destacar que los líquidos sí están permitidos en los periodos de ayuno, por lo que se pueden consumir infusiones e incluso algún zumo natural ligero. Incluso, para relajar esa sensación de no haber comido, se pueden preparar caldos de verduras o de huesos, para esos momentos en los que necesitas sentarte a la mesa y tomar algo caliente.
Beneficios del ayuno intermitente
Entre las ventajas derivadas de este ayuno destacan:
- Retiene la masa muscular en pérdida de peso, por lo que ayuda a perder grasa
- Refuerza el sistema inmune: según un artículo de la revista Science Direct, obliga al cuerpo a activar a su sistema inmune para proteger a múltiples órganos.
- Facilita la autofagia: el proceso de renovación celular por el cual las células dañadas, o las partes de las células, son removidas y reemplazadas, creando una célula más saludable y funcional.
- Mejora la sensibilidad a la insulina: la hormona que reduce la glucosa en la sangre y protege contra el hígado graso.
- Disminuye los valores de triglicéridos en sangre y de colesterol aterogénico o LDL
- Mejora la presión arterial: ya que modifica la microbiota intestinal y aumenta los ácidos biliares, que actúan como reguladores de la tensión arterial.
- Reduce marcadores de inflamación.
- Puede llegar a ser una herramienta útil para controlar el comer por ansiedad, ya que al realizar varias comidas contundentes, durante el resto del día pueden sentirse más saciados.
No apto para todo el mundo
Desde Vivienda Saludable queremos recalcar que, tras consultar a varios nutricionistas, nos han corroborado que no es un tipo de ayuno que pueda hacer todo el mundo, ya que cada persona lleva un ritmo y estilo de vida, además de que depende mucho de los gustos y preferencias de cada persona.
Podría estar contraindicado en muchos casos, por ejemplo, para aquellas personas que necesiten ganar peso y tengan dificultad a la hora de realizar comidas abundantes o copiosas, sería más aconsejable que en estos casos hiciesen varias ingestas de pequeñas cantidades.
También puede resultar perjudicial en atletas que necesiten mucha energía a lo largo del día, personas que pasan por un trastorno de la conducta alimentaria, embarazadas o en período de lactancia, diabéticos…
Debe evitarse también en personas de edad avanzada, niños y por supuesto, en cualquier persona que haya probado y no le haya funcionado bien.
Hay personas a las que el ayuno intermitente les causa dolores de cabeza, mareos o malestar. Al principio, puede producir cansancio ya que el cuerpo se tiene que adaptar y ganar esa flexibilidad metabólica.
También puede ocurrir que, en vez de ayudar a controlar los niveles de ansiedad, genere más, provocando así atracones de comida en las horas “permitidas”.
En definitiva, el sistema de ayuno intermitente no tiene riesgos para la salud siempre que esté bien pautado y controlado por un profesional sanitario, por el contrario, puede dar lugar a carencias nutricionales.
Si se utiliza como estrategia para perder peso, es importante que sea supervisado por un profesional de la nutrición, ya que él calculara la cantidad de nutrientes asegurándose de que no haya ninguna carencia. Por contra, si se practica de forma esporádica, siempre es mejor que al menos al principio, se paute con un nutricionista las horas de ingesta y cantidades para no correr ningún riesgo.