La crisis del pepino español todavía sigue dando que hablar y aunque al final nuestros productos demostraron ser sanos y de calidad, lo cierto es que pusieron el acento en un tema que generalmente pasamos por alto: la limpieza de las verduras y frutas.
Desde “Vivienda Saludable” queremos enseñarte algunos trucos para que nunca más sea un problema. Especialmente si vamos a comerlas crudas o con escasa cocción, una limpieza a conciencia de las verduras puede eliminar los rastros de pesticidas, gérmenes y suciedad.
Como idea general, todos los tipos de verduras y hortalizas deben pasar por un doble proceso de limpieza:
- En primer lugar, lavar las piezas enteras con su piel con abundante agua a la que podemos añadir un puñado de sal y un chorro de vinagre. El objetivo es eliminar la suciedad y cualquier elemento que haya quedado pegado a la piel.
- En segundo lugar, si queremos asegurarnos de que la limpieza es completa, podemos sumergir la verdura en agua con hipoclorito sódico. Este producto, que se puede adquirir en tiendas y supermercados, eliminas las bacterias. Si lavamos después la pieza con agua no deberían quedar ni olores ni sabores indeseados.
Además de este consejo general, existen otros detalles que debemos tener en cuenta:
- Lavarse las manos: es fundamental lavarse las manos con agua y jabón antes de manipular las verduras. Asimismo, si cambiamos de actividad, deberíamos lavárnoslas de nuevo para no transmitir bacterias.
- Lavar los materiales de cocina: la tabla de cortar, el cuchillo y el fregadero son lugares susceptibles para la acumulación de bacterias. Lavarlos a menudo con algunas gotitas de lejía las eliminará.
- Eliminar hojas exteriores y lavar hoja a hoja: en lechugas, escarolas, repollos, endivias, etc. conviene eliminar las hojas exteriores y después lavar hoja por hoja. Se les puede volver a pasar agua cuando ya están cortadas.
- Verduras de hoja pequeña: las hierbas aromáticas, los berros y demás verduras de hoja pequeña se meten en un colador y se lavan bajo el grifo, dándoles vueltas hasta que todas las ramas queden limpias.
- Patatas: las patatas se cepillan bajo el chorro de agua con un cepillo para frutas y verduras (que se habrá limpiado previamente). Así se retira la tierra.
- Fruta pelada: la fruta es preferible comerla pelada, aunque hayan sido lavadas un momento antes.
- Verduras envasadas: las verduras y ensaladas que se venden envasadas y listas para tomar también conviene lavarlas.
Además de todos estos trucos, existen algunas cosas que nunca debemos hacer: fundamentalmente usar lejía, lavavajillas o jabón para lavar la verdura. Estos productos pueden llegar a ser tóxicos o cambiar el sabor de los alimentos.
Si seguimos estos consejos no tendremos porque preocuparnos de ninguna alarma alimentaría, ningún germen se colará en nuestras frutas y verduras.