Hemos llegado a la época que muchos llaman las 3D: Descansar, Desconectar y Disfrutar. Los niños se lo merecen después de un curso largo pero, a veces, es costoso para los padres encontrar la manera de llenar sus tiempos cuando llega el temido: “me aburro”.
Por un lado, es bueno que los niños aprendan a aburrirse, especialmente en una época como la que vivimos de sobreestimulación. Pero, por otro lado, debemos pensar que el verano es la época ideal para compartir más tiempo con los niños, tiempo de calidad, sin la rigidez de los horarios ni las obligaciones escolares.
Desde Vivienda Saludable os ofrecemos una serie de consejos para animar el verano de los peques, partiendo de que cada actividad hay que adaptarla a la edad del niño y que la imaginación, la libertad y la creatividad deben estar presentes en estos momentos.
Eso sí, tener una planificación nos puede servir de gran ayuda. Aunque pueda parecer algo aburrido a priori, es mejor organizarse y saber qué actividad vamos a llevar a cabo cada día, sin que sea algo rígido e inamovible, pero así no se repite y es mucho más entretenido
- Practicar algún deporte: es una de las formas más saludables de entretener a los más pequeños. Además de hacer ejercicio, se puede aprender disciplinas y valores y la oferta es muy variada: futbol, baloncesto, natación, tenis…. No hace falta que sea un deporte muy exigente, también podemos hacer una ginkana en casa, que resultará una actividad muy divertida si se hace en familia.
- Organizar excursiones: no es necesario que sean muy lejos, pueden ser a un parque en el barrio, a un museo que les interese, a la montaña si la tenemos cerca… además se puede preparar un picnic para tomar allí y disfrutar de la experiencia.
- Convertirles en chefs: últimamente la cocina ha empezado a llamar la atención de los niños y puede ser una actividad muy grata y lúdica, en la que aprendan sobre nuevos alimentos, por ejemplo. Es mejor empezar a cocinar platos sencillos, en los que ellos puedan participar en su elaboración.
- Hacer manualidades: con revistas o periódicos viejos se pueden realizar collages, se pueden realizar figuras recortables o se puede pintar la ropa. Es importante seleccionar la manualidad conforme a su edad e intereses.
- Visitar la biblioteca. Leer es una actividad muy estimulante para el verano. Los libros pueden acompañarnos a cualquier parte y permiten estar entretenido a la sombra cuando el calor aprieta.
- Montar una guerra de agua. Tal vez no sea una actividad que se pueda hacer todos los días, pero si se dan las condiciones apropiadas se puede hacer una fiesta refrescante con agua – con globos o pistolas de agua- para aliviar los rigores del calor. Eso sí, siempre mejor al aire libre.
- Acampada en casa: se puede montar la tienda de campaña en el patio o en el jardín, o en el salón de casa, o preparar una tienda más improvisada con cojines y sabanas. Además, se puede invitar a amigos para que sea mucho más divertido, tanto montar la tienda como disfrutar de ella.
- Hacer pompas de jabón. Es una manera de despertar la creatividad de los niños, además de estimular el movimiento y la observación.
- Participar en las tareas de limpieza: para que se sientan más autónomos y responsables. Poco a poco y sabiendo qué labores son adecuadas para su franja de edad.
- Disfrutar de una tarde o noche de películas. Se trata de que el contenido no solo les divierta, sino que también les aporte valores, como el amor, el respeto, la unión familiar y la responsabilidad.
Los días de verano son una oportunidad excelente para aprender habilidades, descubrir cosas nuevas y reforzar los vínculos familiares. Pero lo fundamental es compartir tiempo con los más pequeños sin mirar el reloj y disfrutar cada segundo.