- Acondiciona tu casa para hacer frente a las bajas temperaturas invernales. Sí, no es ninguna tontería, uno de los principales factores que puede evitar que te pongas malo es contar con una vivienda saludable: sistemas eficientes de calefacción y electrodomésticos, una vivienda aislada adecuadamente…
- Cuida mucho la alimentación, es esencial la ingesta de vitaminas. La fruta y la verdura deben ser elementos básicos en tu dieta.
- ¡Mucha atención por donde pisas! La nieve y el agua resbalan, y los fuertes vientos pueden hacer que se caigan objetos de las terrazas de los edificios… Así que nada de ir mirando a las musarañas, hay que tener mil ojos cuando se va por la calle.
- Vacúnate si estás dentro de los grupos de riesgo.
- Abrígate, pero con conocimiento, recuerda llevar prendas accesibles más ligeras para cuando estés en interiores. Y no te olvides de utilizar los accesorios como guantes, gorros y bufandas, tu cuerpo te lo agradecerá.
- Acentúa tu higiene personal, como por ejemplo lavarte más frecuentemente las manos. Y, por supuesto, también la higiene en tu hogar.
Aplicándote estos sencillos consejos podrás hacer frente a uno y veinte inviernos más… Pero si aún así caes malo, aquí te dejamos algunos remedios para reducir los efectos.