Muchas veces entramos en lugares que inspiran una tremenda paz y sentimos una gran sensación de bienestar con el simple hecho de estar en ese sitio. Así debería ser nuestro hogar. La agitada vida diaria nos lleva a ir acumulando estrés de forma continuada provocando estados de insatisfacción general y predisposición a enfermedades de todo tipo. En nuestra vivienda deberíamos encontrar una vía de escape para todo ello; conseguirlo está a nuestro alcance.
Combate el estrés con colores y luces
Las exposiciones oculares a diferentes intensidades de luz y diversos colores producen en nuestro organismo una gran variedad de estímulos. Por ello, sería uno de los primeros puntos en los que se debería incidir.
Es sobradamente conocido que los colores vivos incitan a la actividad y los tonos pastel fomentan la tranquilidad, pero además de eso existen infinidad de matices que ayudan a mejorar las sensaciones que trasmiten. Esos matices pueden ser muy específicos en cada persona, por lo que lo ideal sería que cada uno experimentase lo que le transmite cada color hasta llegar al color más adecuado para conseguir esa tranquilidad deseada.
Esas tonalidades deberían ser diferenciadas por estancias, de tal modo que aquellas habitaciones que sean destinadas al descanso sean las que se encuentren pintadas con esos colores.
De igual modo sucede con la iluminación, hay que tratar de encontrar el tipo de luz que desarrolla esa sensación de paz, la incidencia de las luces tenues es mucho más beneficiosa para conseguir este objetivo. Muchos países nórdicos utilizan las velas como modo habitual de iluminación, encontrando en esa intensidad su ayuda para el descanso. También hay que tener muy en cuenta el tipo de televisión que se utiliza ya que el tipo de luz que desprenden dichos aparatos puede ser bastante opuesta a lo que pretendemos conseguir.
Una vez conseguidos los colores y la iluminación deseada en las estancias de descanso no debemos olvidar de separar claramente las actividades que se realizan en cada una de las dependencias, ya que no sería efectivo si después se pretende descansar en la sala con el despacho o se pretende seguir trabajando en el dormitorio.
Bebidas para reducir el estrés
Si pretendemos combatir el estrés desde nuestro hogar no podemos olvidarnos de este punto tan fundamental. Muchas veces llegamos a casa y nos sentamos a descansar en el sofá y nos tomamos una bebida de cola para ver la televisión o un café para leer. Este concepto de relajación, aunque a muchos les pueda parecer que lo necesitan para disfrutar de ese momento, lo único que consigue es que nuestro cuerpo reciba señales contradictorias, provocando el efecto contrario al deseado.
Por ello lo ideal sería tratar de ir sustituyendo esas bebidas por zumos de frutas (si pueden ser elaborados en el propio hogar con frutas naturales mucho mejor) y por cualquiera de la amplia variedad de infusiones (sin teína ni ningún otro excitante) que encontramos en el mercado.
Aún así no debemos olvidar que el estrés puede llegar a ser un problema muy grave y que en ocasiones debe ser tratado en profundidad por un profesional de la salud.
Imagen: Flickr – derya