en la Ergonomía, dormimos en un mueble, desayunamos en un mueble, nos sentamos, trabajamos, nos desplazamos en un mueble… Toda nuestra vida sucede alrededor de ellos y muchas veces no nos damos cuenta de que no son todo lo buenos que desearíamos para nuestra salud. Por desgracia, muchos de nosotros pasamos horas y horas sentados en el trabajo y el resultado que esto tiene en nuestra salud es inmediato. Es sabido que una mala postura de la columna pueda generarle muchos problemas al organismo, con frecuencia aparecerán dolores lumbares o cervicales. Por ello debemos prestar especial atención a nuestro mobiliario.
Elegimos el mobiliario de nuestra vivienda saludable en función de herencias, regalos, estética, precio… todos ellos valores muy importantes. Sin embargo, olvidamos el más importante de todos: la ergonomía. Según la Asociación Española de Ergonomía, “la ergonomía es el conjunto de conocimientos de carácter multidisciplinar aplicados para la adecuación de los productos, sistemas y entornos artificiales a las necesidades, limitaciones y características de sus usuarios, optimizando la eficacia, seguridad y bienestar.”
Este concepto está asociado al confort, que ya hemos tratado en este blog con anterioridad. El confort es fundamental para vivir nuestra vida de manera saludable. Nos hace estar más sanos, más seguros y más felices en general. ¿Por qué? Porque descansamos mejor, nos fatigamos menos trabajando y sobre todo porque nuestro esqueleto y musculatura se adaptan correctamente al diseño. La ergonomía trata de eso: de conseguir que nuestro cuerpo sintonice perfectamente con el mobiliario. Para ello, ergónomos y diseñadores estudian minuciosamente cada objeto a crear para adaptarlo a las necesidades corporales.
¿Cómo saber si nuestros muebles son ergonómicos? Muy sencillo: si te provocan algún dolor o si no puedes estar el tiempo necesario en una posición determinada, tus muebles no lo son. Ahora bien, si quiero conseguir uno de ellos, ¿cómo identificarlo? He aquí algunos trucos para reconocerlos:
- Si se trata de una silla, tus pies deben tocar el suelo.
- Toda tu espalda debe tener un soporte de apoyo, los respaldos bajos no son recomendables.
- Las mesas deben tener una altura mínima de 73 centímetros.
- El material de construcción debe ser fiable y resistente, ya que puede deformarse luego y provocar un efecto contrario.
- En las sillas, el cuerpo no se debe hundir más allá de 1.5 centímetros para que no se duerma la parte baja del cuerpo. El respaldo debe ser lo suficientemente alto para que brinde un soporte a los hombros y la nuca.
- La profundidad del sofá, así como la de las sillas, debe tener una consideración especial en los muebles ergonómicos. Esto también es importante para que la adaptación del cuerpo a ellos sea perfecta.
Hay tantas cosas que debemos tener en cuenta para vivir una vida saludable que a veces parece complicado. El secreto para conseguirlo es ir poco a poco cambiando nuestros hábitos a unos más saludables.