Como vimos en el post “Vive el verano con salud”, el exceso de calor puede afectar al sistema de regulación de la temperatura del cuerpo. Por consiguiente hay que ser conscientes de los peligros de la temperatura en el cuerpo humano. Tanto por exceso como por defecto. Tanto el frío como el calor son condiciones extremas con unas consecuencias insospechadas. Hoy queremos centrarnos en el frío.
El frío es un importante problema de salud, algunas veces algo olvidado desde el punto de vista médico, posiblemente porque sus efectos indeseables no son tan llamativos como los producidos por el calor. Los problemas derivados del frío no tienen un efecto inmediato sobre las personas y en muchas ocasiones, sus primeros síntomas aparecen a los pocos días de habernos expuesto a bajas temperaturas.
Síntomas del frío en nuestra salud
Síntomas tan vagos como temblor, confusión, torpeza en los movimientos y dificultad de razonamiento, dentro de un ambiente frío, nos deben de hacer sospechar que la persona puede presentar un estado de hipotermia.
Es importante recordar algunas circunstancias que nos ayudan a que aparezca un cuadro de esta índole, así el permanecer al aire libre en invierno sin ropa adecuada, factores ambientales como el viento y la humedad, ingerir cantidades insuficientes de alimentos y bebidas durante los días de frío, como el realizar esfuerzos físicos intensos, nos facilitarán bajadas importantes de temperatura corporal.
Soluciones para combatir el frío
Adelantaros al invierno y en vuestras viviendas saludables, vigilar los sistemas de calefacción, aislar de forma adecuada las paredes de las casas y sus habitaciones mediante el uso de burletes en puertas y ventanas, tapar grietas existentes, incluso utilizar, si fuera necesario, el uso de plásticos para cubrir las ventanas, aunque la mejor opción es la sustitución progresiva de todas las ventanas por unas de PVC con vidrio bajo emisivo.
Debemos recordar que la temperatura ideal para una casa es la de 21ºC y que temperaturas superiores, no nos aportan más beneficios y sí producen un derroche excesivo de energía. Y no hay que olvidar ventilar las habitaciones diariamente durante unos diez minutos, cerrando después las ventanas para evitar perdidas de calor.
Ajustemos nuestra temperatura para vivir de una manera cómoda y eficiente ya que estamos diseñados para no soportar ni el exceso de temperatura ni el exceso de frío. La minima variación de temperatura afecta de manera positiva o negativa a todos los seres vivos y nosotros no somos una excepción.