Prácticamente todas las casas tienen un frigorífico, el electrodoméstico que más consume de todos. Casi un 20% de la electricidad que consumimos en los hogares españoles se destina a la nevera. Uno de los factores para que esto sea así es que tiene un uso continuado: solo lo desconectamos para quitarle la escarcha. Por lo tanto, la suma de todo este tiempo hace que a la larga el consumo sea muy alto.
¿Como podemos combatirlo? Principalmente, sustituyendo el aparato hacia uno de categoría energética más alta. El más eficiente en un clase A++, que consumiría hasta un 30% menos que uno normal.
Otra opción más económica es seguir unos buenos consejos:
- Compre frigoríficos con etiquetado energético de clase A+ y A++. Ahorran energía y dinero.
- No compre un equipo más grande del que necesita.
- Coloque el frigorífico o el congelador en un lugar fresco y ventilado, alejado de posibles fuentes de calor: radiación solar, horno, etc.
- Limpie, al menos una vez al año, la parte trasera del aparato.
- Descongele antes de que la capa de hielo alcance 3 mm de espesor: podrá conseguir ahorros de hasta el 30%.
- Compruebe que las gomas de las puertas están en buenas condiciones y hacen un buen cierre: evitará pérdidas de frío.
- No introduzca nunca alimentos calientes en el frigorífico: si los deja enfriar fuera, ahorrará energía.
- Cuando saque un alimento del congelador para consumirlo al día siguiente, descongélelo en el compartimento de refrigerados en vez de en el exterior; de este modo, tendrá ganancias gratuitas de frío.
- Ajuste el termostato para mantener una temperatura de 5 °C en el compartimento de refrigeración y de -18 °C en el de congelación.
- Abra la puerta lo menos posible y cierre con rapidez: evitará un gasto inútil de energía.
Lo bueno de conocer que ciertas partes de una casa consumen más, es que se le puede poner remedio y, de esta forma, convertir el consumo en ahorro para una vivienda saludable.