Cada una de nuestras viviendas emite al año a la atmósfera una media de cinco toneladas de CO2, lo que supone un gasto medio de electricidad por hogar de unos 700 euros anuales. Y esto sólo en España. Imaginaos si extrapolamos el cálculo a toda Europa o, yendo aún más allá, al conjunto del Planeta. La cantidad de emisiones de CO2 que producimos y la astronómica suma de dinero que gastamos (sólo en los hogares) nos dejaría de piedra.
Sin duda, este “despilfarro energético” está perjudicando seriamente al medio ambiente ya que favorece el “efecto invernadero” y el cambio climático. Pero por otro lado, nadie quiere dejar de sentirse a gusto en casa y la energía es uno de los elementos que más influyen en este bienestar. Por ello, cabría preguntarse: ¿qué puedo hacer yo para reducir el consumo energético en mi hogar sin sacrificar para ello mi confort y el de mi familia?
Pues la respuesta es mucho más sencilla de lo que parece. Lo primero que debemos tener claro es que reducir nuestra demanda de energía no implica una disminución de nuestra calidad de vida, sino simplemente la eliminación del despilfarro. Es decir, si conseguimos que nuestras viviendas sean más eficientes, ahorraremos energía y, por consiguiente, dinero, sin apenas percibirlo. Además, los gastos en que incurramos para hacer nuestro hogar más eficiente, son 100% recuperables a medio plazo y, en muchos casos, las Comunidades Autónomas dan subvenciones públicas (Planes Renove) que nos ayudarán a costearlos, como es el caso del cambio de las viejas ventanas por otros más eficientes.
Aunque no se puede negar que lo ideal es que las viviendas estén concebidas desde su origen con criterios de sostenibilidad y ahorro energético, cosa que cada vez va siendo más común, también es posible que convirtamos nuestras propias casas en hogares más eficientes, mediante la rehabilitación y siguiendo algunas pautas de conducta responsable.
Sea como fuere, uno de los puntos clave para que una casa ahorre energía es que cuente con unos buenos aislamientos. Tendemos a pensar que la ineficiencia energética tiene que ver con el modo en que generamos el calor o el frío de la casa, pero en realidad son las pérdidas o las entradas indeseadas de frío o calor las que ponen de manifiesto si la energía se derrocha o no. Por eso La Casa que Ahorra tiene un aislamiento optimizado en sus fachadas, cubiertas y huecos acristalados. En este último caso se trata de instalar ventanas con perfiles aislantes y de alta eficiencia energética (como los de PVC) y vidrios bajo-emisivos.
Así nace La Casa que Ahorra
Con el fin de concienciar sobre todo lo relativo al ahorro energético en el hogar, tanto a los profesionales de la construcción como a la población en general, ha nacido la Fundación La Casa que Ahorra, una iniciativa llevada a cabo por una serie de empresas con el objetivo de sensibilizar a todos los sectores de la sociedad sobre la importancia de la eficiencia energética en la edificación y los beneficios que puede reportar para el ahorro económico y energético, la protección del medio ambiente y la creación de empleo.
KÖMMERLING es una de las firmas que se ha sumado a esta iniciativa, dado que la marca alemana desde hace muchos años está plenamente comprometida con la eficiencia energética y el desarrollo sostenible. De hecho con sus perfiles de PVC para ventanas se logra un alto valor de aislamiento térmico (U=1,3 W/m2K), lo que implica un importante ahorro en calefacción y aire acondicionado.
Más información en: www.lacasaqueahorra.org