Los electrodomésticos de gama blanca, los hornos eléctricos, el aire acondicionado y las fuentes de luz son equipamientos de uso común en nuestras viviendas saludables. Sin embargo, al contrario de lo que suele suceder con la calefacción o el sistema de suministro de agua, su adquisición depende del usuario.
Comprar un equipo eficiente es importante y sencillo de identificar, gracias a la etiqueta energética.
Pero existen otras maneras de ahorrar:
- Los equipos con etiquetado energético de clase A, A+ y A++ son los más eficientes y pueden ahorrarnos mucho dinero en la factura eléctrica a lo largo de su vida útil.
- No elija aparatos más grandes ni más potentes de lo que necesita.
- El mantenimiento adecuado y la limpieza de los electrodomésticos prolonga su vida y ahorra energía.
- Aire acondicionado: en verano sitúe el termostato a una temperatura de 26ºC.
- El frigorífico y el televisor son los electrodomésticos de mayor consumo global, aunque tienen potencias unitarias muy inferiores a otros electrodomésticos como la lavadora, el lavavajillas o una simple plancha.
- Los lavavajillas y lavadoras bitérmicos ahorran energía, dinero y tiempo.
- Es conveniente apagar totalmente los televisores y los equipos con información en ventanas digitales (displays) cuando no los utilizamos.
- Elija ordenadores e impresoras con sistemas de ahorro de energía.
- Los microondas y las ollas súper rápidas a presión ahorran energía.
- En los puntos de luz que estén encendidos más de una hora al día instale lámparas de bajo consumo o tubos fluorescentes.
Si necesita más información puede consultar el apartado dedicado a los Electrodomésticos Triple A de nuestra web, así como también las webs del Ministerio de Industria, el IDAE o la Guía Práctica de la Energía.