¿Te has parado alguna vez a pensar qué leyes rigen la edificación?, ¿de quién es responsabilidad que en tu casa haya confort? o ¿a quién atañe la preocupación energética? ¿Qué papel tiene la ventana en todo esto?
Reflexionar acerca de estos temas, saber el porqué se hacen las cosas y qué debemos exigir a los arquitectos hace que la calidad sea un requisito más de nuestras viviendas.
El CTE es el Código Técnico de la Edificación. Entró en Vigor en 2006 y es el marco normativo que establece las exigencias que deben cumplir los edificios. Habla de aspectos de seguridad y habitabilidad, y tiene en cuenta la accesibilidad para conseguir dar una respuesta de igualdad de oportunidades a personas con discapacidad.
Pero sin duda, lo mejor que tiene el CTE es que no impone soluciones concretas sino que sólo exige prestaciones… ¡Uf! Hay que darse cuenta de lo que esto significa. Para todos los usuarios es un avance histórico ¡casi tanto como conseguir el mundial para el fútbol español!
Y es que se nos asegura, por encima de todo, calidad. El modo de conseguirla ya es cuestión de arquitectos, fabricantes y de otros agentes de la edificación. Para el sector también es positivo, puesto que el hecho de no obligar a construir de determinada manera permite manga ancha en cuestiones tan importantes como la investigación y el desarrollo.
Fuente imagen: seier+seir