Probablemente habrás escuchado muchas veces aquello de “alquilar es tirar el dinero” o “con lo que se paga de alquiler te pagas una hipoteca y la casa es tuya”, etc. Sin embargo esto no siempre tiene porqué ser así y en muchas ocasiones alquilar puede ser mejor opción que comprar, todo depende de tus prioridades y de tus circunstancias personales.
A continuación os contamos los puntos fuertes de ser inquilino frente a ser propietario:
- Lo primero de todo es que para comprarte una casa normalmente debes tener un dinero ahorrado para dar la entrada y asumir los gastos iniciales, entre otras cosas, formalizar la hipoteca. Sin embargo para alquilar no necesitas más ahorros que uno o dos meses de fianza (según te pida el propietario) y la primera cuota.
- Y hablando del dinero que hay que tener preparado para poder comprar una casa, sale a colación el tema de los gastos. Hasta un 10% del precio total de la vivienda se nos va en gastos (hipoteca, notario, IVA, seguros, etc.).
- Pero, además, muchos de estos gastos no los tendrás sólo al principio, sino que se renovarán cada año y a ellos se sumarán otros como el IBI, seguro del hogar, seguro de vida, tasa de basuras, comunidad, etc.
- Sí, al final conseguirás que la casa sea tuya, pero te tirarás pagándola una gran parte de tu vida, con todos los intereses que conlleva la hipoteca. Al final casi habrás pagado el equivalente a dos casas.
- Con la firma de la hipoteca contraes una especie de ‘matrimonio’ con el banco. Para dártela es muy posible que te obliguen a contratar otros productos bancarios que posiblemente no necesites (seguros, plan de pensiones, tarjetas, etc.). Pero lo peor de este ‘matrimonio’ es que si algún día se vuelve ‘mal avenido’ porque no puedas hacer frente a la hipoteca, puedes tener serios problemas con él (y casi siempre llevarás las de perder).
- Mucha gente piensa en adquirir una casa como forma de inversión. Sin embargo hay que tener en cuenta que se trata de una inversión muy elevada y no es muy recomendable apostarlo todo a una carta porque si nos sale mal (por ejemplo la casa se incendia o pierde mucho valor por la razón que sea) podríamos perder mucho dinero.
- Vivir de alquiler nos permite mucha más libertad para cambiarnos de hogar (por ejemplo por motivos laborales) que si estamos ‘atados’ a una hipoteca o lugar.
- Aunque las viviendas han bajado de precio en los últimos años, lo cierto es que comprar una casa aún sigue siendo bastante caro. El cuento ahora es otro, no necesitas tener una vivienda propia para “triunfar”, si lo deseas adelante pero sino el arrendamiento es tu gran aliado.
- Alquilar es mucho más cómodo que comprar. No tendrás que preocuparte de reparaciones, reuniones de propietarios, impuestos, etc. todo esto será para el dueño y no para el inquilino. Si bien es importante negociar bien con el casero las condiciones de todo y que esto quede por escrito: quién da la cara en caso de una avería, qué servicios cubre el alquiler, duración del contrato y gestiones con la comunidad de vecinos en caso de haberla… Es decir, todos los derechos y obligaciones que conllevará adquirir dicho contrato de alquiler.
Y éstas son a grandes rasgos las principales ventajas de alquilar. En unos días nos centraremos en las de comprar, así podréis comparar y decidir la que más vaya con vosotros.