Agua con sabor
La gran revolución del verano. Con un sinfín de opciones, la clave está en no pasarse con el azúcar. Debes partir en rodajas las frutas y/o verduras; añadir en caso de desearlo azúcar y otras especias como canela o albahaca; mezclarlas con agua fría y dejarlo reposar.
Y ojo, porque además puedes elaborarla con diferentes metas: adelgazar, digestivas, etc. todo dependerá de los ingredientes que incorpores a tu receta.
Té frío
Tan sencillo como parece y manteniendo sus beneficios. La preparación es la misma que para los tés calientes, sólo que después deberás añadirle unos cubitos de hielo que refresquen tu bebida.
Zumos naturales y caseros
Versátil donde los haya, un buen zumo natural reúne los nutrientes del alimento sólo que en su forma más líquida. Nuestra opción favorita es ir un paso más allá y atreverse a mezclar sabores: platano y fresa, kiwi con manzana…
Gazpacho
Con ajo, sin ajo; con pan, sin pan… Sea como fuere el gazpacho es una delicatessen mediterránea a la que nos negamos a renunciar. Sus ventajas saludables lo hacen estar en lo más alto de nuestra lista.
Granizados
Si eres de los adeptos a esta bebida, te recomendamos inviertas en una buena licuadora con la que reducirás el tiempo de preparación. Y si no eres amante de una bebida tan tan fría siempre puedes optar por la clásica limonada 😉
Todo un lujo para tu paladar… ¿Os animáis a compartir con nosotros otras alternativas saludables para verano?