Una carpintería por dentro, vista elemento a elemento es fascinante. ¿A quién se le ocurriría pensar que puede llegar a tener esa complejidad?, ¿son necesarios tantos quiebros, tantas piezas…?, ¿cómo funciona?
El mundo de las ventanas va mucho más allá de lo que se pudiera pensar a primera vista. El motivo principal es la importancia que tiene en la sensación y confort interior la envolvente de un edificio, es decir, el muro y las ventanas.
Todo el traspase de calor, aire e iluminación se hace a través de este elemento: es la transición directa entre interior y exterior. Puede que esta afirmación parezca de perogrullo pero, ser consciente de sus consecuencias, permitirá volcar nuestros esfuerzos en conocerlo mejor.
Una carpintería por dentro, vista elemento a elemento es fascinante. ¿A quién se le ocurriría pensar que puede llegar a tener esa complejidad?, ¿son necesarios tantos quiebros, tantas piezas…?, ¿cómo funciona?
Lograr la hermeticidad pero permitir a su vez la permeabilidad para regenerar el aire interior, aislar sin provocar condensaciones, tener una pieza en la que en 5 o 7 cm de distancia haya una diferencia de temperatura de 20º C y que no lo notemos sólo puede ser porque está muy bien hecho. Un edificio es algo así como el cuerpo humano: no pensamos nunca en la parte sana, y eso es ya un buen indicador…
Dejamos aquí un dibujo de una carpintería diseccionada, mostrándonos su interior, su fondo, su sistema de funcionamiento. Echadle un vistazo y tratad de reconocerla: es muy probable que sea igual que la de vuestras casas, aunque nunca os hayáis parado a observarla. ¿ Logras ver la relación con la foto de arriba?