Para proteger nuestra vivienda del calor, muchas veces pensamos en los diferentes sistemas de refrigeración (aires acondicionados, ventiladores…), pero también existen elementos -bastante más económicos- que nos ayudan a evitar los efectos de las altas temperaturas, como los estores térmicos.
En Vivienda Saludable sabemos que enfriar nuestro ambiente cuando llega el verano es igual de importante que protegerlo del calor que viene de fuera, especialmente de la incidencia de los rayos del sol. En ese sentido, el aislamiento térmico cobra un papel muy relevante, siendo esencial la elección de las ventanas y su material. Sin embargo, también existen complementos con los que combatir el calor.
Un ejemplo son los estores térmicos, cuya función principal es mantener el confort térmico, minimizando la incidencia térmica de los rayos solares en verano y evitando la entrada del frío procedente del exterior en los meses de invierno.
El diseño de los estores térmicos es similar a los modelos convencionales, lo que les diferencia es que están confeccionados con materiales que son aislantes, por ejemplo, combinando PVC con fibra de vidrio. La fibra de vidrio es precisamente un material aislante habitualmente empleado en construcción.
Existen modelos de estores térmicos enrollables, de paquete y de varillas, siendo el primero el más común. Y es que este formato ofrece un buen aislamiento de las ventanas exteriores, además de evitar el paso de luz.
Si quieres saber si estos elementos pueden servirte de ayuda en casa, te contamos algunos de sus beneficios:
Ventajas de los estores térmicos:
- Mantenimiento de la temperatura. Una de las principales ventajas de los estores térmicos es que contribuyen a mantener la temperatura en el interior de la estancia en la que están colocados. Gracias a su composición, evitan que entre tanto calor en verano y frío en invierno.
- Incremento del ahorro energético. El mantenimiento de la temperatura se traduce en un ahorro de energía y, por ende, un ahorro en nuestro bolsillo. Gracias a su composición, los estores térmicos consiguen que se necesite mucha menos energía para mantener la temperatura interior. Su efecto aislante permite un ahorro en calefacción en invierno y en aire acondicionado en verano.
- Fácil instalación. A diferencia de una persiana convencional, los estores no tienen ninguna complicación a la hora de instalarlos. No hace falta ningún técnico especialista para montarlos en la ventana, ya que vienen con su manual de instrucciones y no requieren de ninguna modificación en la pared.
Tipología:
- Estores térmicos opacos, son ideales para conseguir oscuridad, evitando la entrada de luz al interior. En consecuencia, son perfectos para controlar la temperatura y muy adecuados para habitaciones o zonas de descanso, ya que proporcionan una total oscuridad incluso a plena luz del día.
- Estores térmicos screen. Están fabricados a partir de fibra de vidrio, y regulan el paso de luz y la visibilidad que existe en el interior de la estancia en la que están instalados. El screen es un tejido microperforado que actúa como aislante térmico. Según los expertos, los modelos de poliéster llegan a aislar hasta 3 grados de temperatura y los de fibra de vidrio, hasta 5.
A la hora de instalar un estor térmico es muy importante poner atención a las dimensiones de la ventana. Si la ventana tiene espacio en ambos lados, recomiendan añadir diez centímetros a la anchura de la ventana, mientras que si la ventana está entre dos paredes, mide la distancia entre ellas y réstale 0,5 centímetros a cada lado. De esta manera, quedará un estor bien proporcionado.
También hay que fijarse en la longitud, porque el estor puede instalarse tanto en la pared como en el techo. Para la pared, mide la altura de la ventana y añade 15 – 20 cm para el borde superior y 10 centímetros para el borde inferior; mientras que, si va en el techo, mide desde ahí hasta 10 centímetros por debajo del borde inferior de la ventana.
En definitiva, los estores térmicos son una excelente opción – y al alcance de todos los bolsillos- para protegerse de las olas de calor y contribuir a un ahorro de energía, que redunde en nuestra factura.