Energía positiva, buenas vibraciones o buen rollito… Llámalo como quieras y, sobre todo, no esperes más para conseguir equilibrar la energía de tu hogar, ya que está al alcance de la mano. ¿Cómo? Con la filosofía china más aplicada en la distribución y la decoración del hogar: el Feng Shui.
Tomaremos prestadas como introducción unas palabras de Arqhys: “El estilo Feng Shui es simple, funcional y promueve al máximo la energía positiva en casa, haciendo que toda la decoración proporcione calma, frescura y funcionalidad’’. El estilo feng shui se fundamenta en la creencia en un un chi. Este chi o aliento vital se manifiesta en forma de flujo que es afectado por los diferentes elementos que conforman las estancias, de ahí la necesidad de controlar: la orientación, distribución, los colores, símbolos, formas y disposiciones de los muebles… No hay que dejarle nada al azar cuando queremos alcanzar el equilibrio energético y llenar nuestro hogar de energía positiva.
Así pues, una vez entendida la esencia de este estilo, vamos a enseñarte cómo puedes aplicarlo en tu casa:
- La primera clave es que lo más importante es la entrada principal. El recibidor, al ser el lugar por el que entra la energía en el hogar, debe tener una buena iluminación. Además, debes cuidar especialmente que la composición del mobiliario sea armoniosa.
- Los pasillos son zonas de conexión por lo que una buena iluminación de calidad, si es natural mejor, se hace indispensable. Intenta si tienes puertas mantenerlas abiertas con el fin de que todas las habitaciones puedan cargarse de energía. Y si dispones de ventanas renueva diariamente la energía con una buena ventilación.
- Orden y limpieza: es una de las máximas de este estilo y es que nada debe perturbar los espacios y mucho menos obstaculizar el flujo del chi. El principio más esclarecedor está en la simetría.
- Color: imprescindible, sí, pero con cuidado ya que cada tonalidad nos transmite una sensación diferente. El Feng Shui aconseja optar por gamas terrosas y tonalidades claras que transmitan paz y claridad, también se recurre mucho a los azules y blancos para salones y salas de estar.
- Distribución del mobiliario: aquí podemos utilizar la máxima “menos es más”. Huye del exceso de decoración e intenta integrar plantas y accesorios coloridos acordes a la finalidad de cada habitación: peceras, alfombras y cortinas, espejos y cuadros, escritorios… Es en los muebles y objetos donde recae principalmente el simbolismo por lo que infórmate bien antes de seleccionar su ubicación final. Por ejemplo, nunca pongas los asientos dando la espalda a la puerta de entrada.
- Sí a las mascotas: para el estilo Feng Shui los elementos naturales son amuletos y focos de buena energía: peces o tortugas son buenas opciones a tener en cuenta.
Aquí encontraréis más consejos a la hora de poner en práctica esta filosofía. Y si te has quedado con más ganas de profundizar en este tipo de decoración aquí puedes informarte.
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