El cuarto más íntimo de la casa gana fuerza como espacio decorativo. Dentro de todos los elementos que debemos considerar (y que ¡cuidado! solemos menospreciar) están las cortinas: cómodas, económicas, son una buena solución.
Abran paso al baño, porque ya no es lo que era. “El baño ha dejado de ser una estancia aislada para pasar a formar parte activa de la vivienda”, explica la docente del IED Design Madrid y diseñadora de interiores Iria del Bosque, que apunta al cuarto más íntimo de la casa como “una prolongación de la misma, que debe ser integrada con el mismo tratamiento, ambiente y estilo que el resto del hogar. Desde la elección de materiales (como la continuidad de pavimentos a los que les tenemos miedo, madera tratada u hormigón), hasta el empleo de distintos tipos de iluminación (una más general y funcional desde el techo o paredes y otra puntual con una tonalidad más cálida como puede ser una lamparita que cree un ambiente más relajado), o hasta la presencia de vegetación o piezas de arte en sus paredes”. Y es que, si atendemos a lo que publica Leroy Merlín “una comparativa de tiempos estableció que en el baño pasamos de media entre 500 y 1.000 días de nuestra vida”, pocas dudas nos quedan de la importancia que debemos darle.
Dentro de este cuarto tan especial (“con una doble función, la de relajarnos o revitalizarnos según la hora del día”, en palabras de Iria), hay un elemento que solemos menospreciar: las cortinas. Son baratas, las venden en prácticamente cualquier establecimiento del hogar, y no solemos detenernos a pensar cómo las queremos. “Aunque no lo parezca, es un complemento que juega un gran papel en un baño, porque será el elemento que más impacte a nivel visual y por lo tanto influirá en la percepción del tamaño del espacio y le dará su carácter personal”, nos comenta la interiorista.
¿ Qué cualidades le pedimos a una cortina??
Compramos una cortina cuando la anterior no da más de sí, casi sin mirar más que el color. Son económicas y fáciles de instalar. Pero lo cierto es que no todas son iguales. Nuestro consejo es preguntar en las tiendas y mirar bien los etiquetados, así como estar atento a dos de las cualidades (y necesidades) más cotidianas: impermeabilidad y resistencia al moho.
Debemos, por tanto, tratar de averiguar si las cortinas son de poliéster o PVC. El plástico es más impermeable y resistente al moho. Pero el poliéster tiene mejor limpieza (aguanta una lavadora a 30º). Además, se suele aconsejar que las cortinas de plástico lleven un tratamiento antiestático, para evitar que se peguen al cuerpo. Y para las textiles, un tratamiento impermeable para mejorar su resistencia a la humedad.
¿Algún consejo decorativo que podamos seguir fácilmente?
En el baño podemos jugar con la decoración, con ideas más sencillas de lo que creemos: “Reforzaría la armonía con el cambio de complementos como pueden ser el color y estilo de las toallas, alfombras, maceteros, o la propia cortina”, apunta Iria del Bosque. “Siempre se tiene un estilo personal marcado, pero lo ideal es que nos vayamos adaptando a las necesidades del tiempo y poder modificar el ambiente de manera sencilla, con cada cambio de estación. Otoño con colores más cálidos como terracotas, marrones o burdeos contrastando con verdes oliva por ejemplo, y en primavera un estilo más floral, con colores más llamativos; en verano con tonos cítricos, etcétera”, propone la interiorista.
Para las familias con niños, Leroy Merlín recuerda que el baño debe cubrir las necesidades de todos, incluidos los más pequeños, y sugiere que “la cortina del baño puede ser de un color llamativo o estampada con dibujos infantiles”, y crear así un entorno alegre y familiar.
“Al ser un elemento que no supone un gran coste económico, yo tendría varias para poder jugar con ellas en función del ambiente que se desee”, sugiere Iria del Bosque.
Fuentes Iria del Bosque (IED) | Leroy Merlín