Una buena forma de tener una casa confortable es… llenarla de plantas. ¡Sí, de plantas! Está comprobado que las plantas, aparte de la belleza y la estética, tienen innumerables efectos positivos en nuestra casa. ¿Quieres conocer cuáles?
Una buena forma de tener una casa confortable es… llenarla de plantas. ¡Sí, de plantas! Está comprobado que las plantas, aparte de la belleza y la estética, tienen innumerables efectos positivos en nuestra casa: incrementan la humedad del ambiente, disminuyen la cantidad de polvo y reducen el estrés, entre otros muchos beneficios. Además, respiran al revés que nosotros, inspirando dióxido de carbono y expulsando oxígeno, saneando así el ambiente y el aire que respiramos.
Desde Vivienda Saludable queremos aprender trucos, clases y beneficios de plantar y cuidar las plantas de nuestro hogar. Debemos tener en cuenta los siguientes factores:
1. La luz
Puede ser natural o artificial, pero es indispensable para la vida de una planta. Pero ¡ojo!, si vemos que las hojas amarillean y caen es que la estamos exponiendo demasiado a la luz. Es bueno dar la vuelta regularmente a la planta para que reciba la misma luz en todas sus partes, porque si no existe el riesgo de que se tuerza buscando la luz necesaria para su existencia. En invierno, cuando el sol no es tan fuerte, se pueden colocar más cerca de la ventana y retirarlas un poco en verano. Un consejo muy útil es no poner nunca una planta que ha estado en sombra o a media sombra al sol directamente, ya que se podrían quemar sus hojas. Un ejemplar necesita diariamente entre 12 y 16 horas de luz. Cuando no les llega en cantidad suficiente, la solución es la luz artificial. Existen lámparas incandescentes que imitan la luz natural y que son muy prácticas en estos casos.
2. Temperatura y humedad
Cada planta viene de un sitio diferente, por eso es una ayuda conocer su procedencia. Si la planta es desértica necesitará poco agua y mucho calor. Si la planta es tropical necesitará humedad. Una manera es vaporizarlas con un rociador. Otra opción es poner una jarra, plato o vaso lleno de agua cerca de la planta para mantener la humedad. En cuanto a la temperatura, estando cerca de los 12º C en invierno y de los 24º C en verano, las plantas podrán desarrollarse sin problemas. Es importante que no sufran mucha diferencia de temperatura entre estaciones, por lo que no debemos exponer directamente a estos seres al aire acondicionado o la calefacción.
3. Riego y nutrientes:
Como veíamos antes, dependerá de las necesidades de cada especie de planta. Por norma general, las especies de hoja ancha necesitan más agua y luz que las de hoja estrecha. Un truco es tocar la tierra. Si esta seca, la planta ha absorbido la totalidad del agua y es necesario regar. Si todavía esta húmeda, esperemos un poco hasta el próximo riego. De vez en cuando es necesario alimentar la tierra con abonos y nutrientes específicos.
Algunas de las plantas de interior usuales por su fácil mantenimiento son los Ficus, los Potos, Palmeras o Drácenas.
En definitiva…¿Qué mejor idea que poner un poco de naturaleza en nuestro salón y disfrutarlo con salud?