Los niños tienen que estar protegidos en todo momento, incluso en el hogar. En este post te explicaremos cómo usar correctamente los protectores infantiles para minimizar cualquier peligro.
En otro post ya os dimos diferentes consejos para hacer del hogar un sitio más seguro para vuestro bebé. En éste queremos profundizar un poco más en uno de los puntos: los protectores infantiles para muebles. Se trata de unos elementos sencillos y fáciles de instalar que pueden evitarnos muchos sustos, sobre todo con los niños que empiezan a andar. Y es que la seguridad no hay que tomársela a la ligera pues más de la mitad de los accidentes infantiles ocurren en casa.
Una preciosa mesa que compramos cuando todavía no éramos padres puede pasar de ser un simple elemento decorativo a convertirse en todo un peligro para un niño si tiene las esquinas afiladas y punzantes. Imagínate cuando el niño crezca y la cabeza le llegue justo a la altura del canto de la mesa… ¡Es un peligro total!
Éste es sólo un ejemplo de cómo un mueble aparentemente inofensivo puede suponer un peligro potencial para nuestro hijo, sobre todo en esa época en la que empiezan a andar y se van dando con todo. Para evitar estas situaciones, los padres debemos adelantarnos y adaptar la casa a nuestros ‘locos bajitos’, instalando, por ejemplo, protectores infantiles para mesas y esquinas.
Las esquinas de las mesas, mesillas, etc. suelen coincidir con la altura de nuestros hijos y se convierten así en un peligro importante para ellos ya que suelen darse frecuentes golpes. Sin embargo, estos golpes inevitables pueden dejar se ser peligrosos si colocamos unos protectores infantiles para mesas y otros muebles con acabado en esquina. Estos protectores los podemos adquirir en tiendas de bebés o en cualquier gran superficie o tienda de muebles.
Existe una amplia variedad de modelos y materiales, pero son recomendables los esquineros de silicona que se adhieren fácilmente a la esquina del mueble mediante cinta adhesiva de doble cara. La silicona es un buen amortiguador de los golpes y, además, es muy barata.
¿Cómo coloco los protectores infantiles?
Tras haber elegido el sistema, queda ver cómo lo colocamos correctamente. Es muy sencillo, basta con seguir estos tres pasos:
1. Limpiamos la superficie donde se vaya a colocar el protector con un algodón mojado en alcohol y la secamos.
2. Ponemos el adhesivo en la pieza de silicona.
3. Pegamos el protector en la esquina y presionamos varios segundos hasta que quede bien adherido.
Por aún menos dinero podemos colocar protectores de poliuretano, los cuales, recortándolos en la forma del canto, no necesitan si siquiera ser pegados. Eso sí, quedarán menos discretos.
Aparte de darse en la cabeza, otro ‘accidente’ típico suele ser morder lo que no deben (sobre todo cuando les están saliendo los dientes y van mordisqueando todo para aliviar el dolor). En este caso resulta muy práctico el protector de dientes para cunas y parques infantiles, que evitará que se haga daño al morder los barrotes.
Estos protectores también se colocan de forma sencillísima, normalmente tan solo haciendo presión. Además se pueden retirar muy fácilmente y lavarse en el lavavajillas. Como los otros, estos elementos se pueden adquirir en cualquier tienda para bebés o gran superficie, entre otras.
De todas formas, el progreso nos echa una mano en este terreno ya que si os dais una vuelta por cualquiera de estos centros o navegáis por Internet encontraréis todo un universo de elementos seguros para todos los tipos de riesgos que os podáis imaginar. Es más, seguramente descubriréis muchos más peligros de los que desearíais. Eso sí, pensad que vienen con la solución incorporada para los reyes de la casa.
Imagen Flickr: Donnie Ray Jones