Ya lo dicen organismos relacionados con el ahorro energético, la salud y el bienestar. Es cuestión de probarlo que empieces tú también a predicar los beneficios de una vivienda aislada térmicamente: lo notarás al dormir, al trabajar y al descansar.
Son tres los elementos en los que actuar al aislar un edificio: la cubierta, la fachada y las ventanas. Nos vamos a centrar en el aislamiento de fachadas, que como te contamos en Aislamiento para muros de fachada eficientes, puede hacerse por el interior o por el exterior.
La manera más coherente y efectiva de aislar es por el exterior, forrando la construcción con aislamiento térmico en toda la parte que esté en contacto con el aire. ¿Por qué? Te lo contamos a continuación.
Ventajas de aislar por el exterior
- El aislamiento será total, no dejará pilares, ni cantos de forjado ni tabiques expuestos a las temperaturas exteriores: la protección de tu casa será del 100%.
- No perderás espacio interior de tu vivienda, el espacio del aislamiento se gana hacia fuera.
- Los operarios no tendrán que invadir tu vivienda para nada, pues todo se coloca desde la calle con un andamio. Tendrás una casa más calentita sin tener que limpiar tras la obra.
- Además, contamos con una nueva facilidad: el pasado 30 de octubre se aprobó el texto que refunde la Ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas y la Ley de Suelo. En éste, entre otras iniciativas para dinamizar la rehabilitación, se permite por primera vez ocupar parte del espacio público si es para aumentar el aislamiento térmico de la fachada.
“Será posible ocupar las superficies de espacios libres o de dominio público para obras que consigan reducir al menos, en un 30 por ciento la demanda energética anual de calefacción o refrigeración del edificio y que consistan en la instalación de aislamiento térmico o fachadas ventiladas por el exterior del edificio”.
De esta manera, se abre la opción de aislar tu edificio exteriormente vivas donde vivas, cosa que antes no era posible en la mayoría de casos en los centros urbanos.
Posibles impedimentos para aislar por el exterior
El primero y más frecuente es el desacuerdo en una comunidad de vecinos si vives en un bloque. Desgraciadamente, es fácil que algunos de los propietarios del edificio no tenga ganas o capacidad económica de abordar la intervención y que nunca llegue a aprobarse en junta.
Por otra parte, puede que haya dificultades técnicas para instalar este tipo de soluciones. No es habitual, pero tenéis que consultar con un profesional experimentado si algo de la morfología o construcción de la fachada o volúmenes adyacentes imposibilitan aislar desde el exterior.
Además, es evidente que la imagen exterior del edificio se verá modificada. Es posible que pueda ser reproducida en el nuevo acabado, pero algunas opciones quedarán fuera de la mesa. Esto es un problema en la medida en la que la fachada sea de valor para la comunidad. Por el contrario, las fachadas poco atractivas saldrán ganado tras al intervención.
Afortunadamente, el tercer gran impedimento, gracias a la nueva normativa, ya no es un problema.
En conclusión, aislar es una práctica cada vez más habitual que tiene importantes beneficios en el bienestar de tu familia y en tu cuenta corriente. Puede que sea un buen momento para considerar una inversión en estos factores.