Mantener a los niños seguros en verano no es un tarea fácil, hay que extremar siempre las precauciones. Los pequeños de la casa tienen más libertad en esta época del año, les acechan nuevos peligros. En este post os queremos dar unos consejos para que no se nos pase por alto nada importante a la hora de mantener a los niños seguros en verano.
Tener a los niños seguros en verano puede ser complicado , los accidentes infantiles aumentan en esta época. Tenemos que estar atentos para evitar que sufran daños. El sol, actividades físicas, los baños en las piscinas… pueden arruinar las vacaciones. Estos consejos servirán de ayuda para tener un verano seguro y divertido. seguro.
Golpes de calor
Si durante los meses de verano ya de por sí hay que tomar precauciones con respecto a las altas temperaturas, este verano más si cabe ya que estamos viviendo una ola de calor especialmente prolongada.
Una larga exposición al sol, sobre todo en las horas centrales del día, puede perjudicar y mucho a los pequeños. Los golpes de calor pueden ser leves, produciendo confusión, sensación de mareo, exceso de sudoración… pero pasarse rápido al retirarse del sol; o ser más graves llegando a producir respiración acelerada y taquicardia, las cuales no desaparezcan al retirarse del sol. En el segundo caso habrá que llevarles a un médico para que les vea cuanto antes. Pero para impedir que esto ocurra y como más vale más prevenir que curar, procura evitar que estén al aire libre en esas horas del día “peligrosas”, procura que estén a la sombra, ponles una gorrita y asegúrate de que se refresquen y beban agua con frecuencia para que no se deshidraten.
Quemaduras del sol
Siguiendo con el tema del sol, obviamente no sólo son peligrosos los golpes de calor, sino también las quemaduras solares, que en los casos más extremos pueden desembocar incluso en cáncer de piel. Como en el punto anterior, es importante evitar las horas en las que sol está más alto (de 12 a 4 de la tarde aproximadamente) y aplicar una crema con un factor solar adecuado al tipo de piel del niño. La crema habrá que aplicarla cada dos horas o cada vez que el niño salga del agua.
Para practicar deporte o si la piel del niño es extremadamente sensible al los rayos solares es recomendable elegir ropa de baño que proteja del sol.
Os recordamos que ya os dimos algunos consejos para proteger la piel del sol hace algún tiempo.
Intoxicación alimentaria
Con el calor, la comida también se vuelve más delicada y es necesario mantenerla bien refrigerada para que no se estropeé. En realidad éste es un consejo para niños y también para adultos, pero el organismo de los primeros es especialmente sensible así que conviene prestarles especial atención. Con respecto a posibles intoxicaciones alimentarias, en verano hay que tener especial cuidado con los alimentos que contienen huevo, así como con los productos crudos (carnes, pescados…). Y si hay que transportarlos, mejor que vayan envasados al vacío o en una nevera portátil.
Las temidas picaduras
Los insectos nos acechan en verano y parece que a los niños mucho más. Para evitaros conviene huir de las zonas encharcadas y de jardines u otras zonas con abundancia de plantas. También conviene retirar rápido los restos de comida cuando comemos en el exterior y evitar encender luces fuertes por la noche, ya que son focos a los que acuden los mosquitos en masa.
En las farmacias y droguerías existen muchas lociones y cremas repelentes para prevenir las picaduras, y otras para aplicar a posteriori y reducir el picor. Un preventivo natural (para niños mayores de dos años) es aplicar unas gotas de aceite del árbol del té en muñecas, tobillos y sienes. Aquí puedes recordar otros trucos naturales antimosquitos.
Viajes seguros
Ni qué decir tiene que es no sólo obligatorio, sino importantísimo, que el niño viaje en una silla de seguridad acorde a su edad y que vaya correctamente sujeto a ella y ésta al vehículo. Además, como consejos generales, recuerda revisar bien tu coche antes de salir (incluidos los neumáticos, el aceite y demás) y, por supuesto, conduce con precaución y respetando siempre los límites de velocidad.
También es importante planificar bien el viaje antes de salir, con sus correspondientes paradas para ir al baño, comer y beber, refrescarse… No sólo los niños necesitan parar de vez en cuando en los trayectos largos (de más de dos horas), sino que estas paradas son muy necesarias también para los mayores, especialmente para el conductor.
Accidentes veraniegos
Cuidado con dejar a los niños pequeños solos en la playa o piscina, aunque sea por poco tiempo. Podrían pasarles mil cosas: resbalarse y caerse, irse con desconocidos o el mayor miedo que los padres pueden tener cuando los niños se meten al agua: ahogarse. En estos casos, un despiste nos podría costar muy caro.
Para evitarlo, como siempre, hay que tener mil ojos sobre los pequeños y no dejarlos al cargo de otros niños más mayores, sino que siempre deben estar vigilados por un adulto. Si aún no saben nadar (cosa que es muy recomendable que aprendan cuanto antes), deben utilizar siempre elementos de flote como manguitos, flotador o, cuando ya saben mantenerse a flote, los famosos “churros” o tablas de natación.
Y ahora sí, tomando estas precauciones, niños y mayores… ¡a disfrutar del verano!