La cama es uno de los lugares donde más tiempo pasamos y es fundamental que haya una correcta higiene y una limpieza adecuada de sábanas, mantas, colchas y almohadas.
Dormir bien es una de las claves para tener mejor calidad de vida y, para lograr ese objetivo, hay muchos factores que influyen: alimentación, ejercicio, bienestar emocional… pero también la higiene y limpieza de nuestro dormitorio y, en especial, la de nuestra cama.
¿Cada cuánto hay que lavar las sábanas?
En esa línea es importante saber con cuanta frecuencia hay que cambiar la ropa de cama. Aunque pueda parecer un asunto muy personal y que depende de lo que ensucie cada persona, lo cierto es que los expertos establecen unas pautas mínimas de hacer un cambio cada semana o, como mucho, cada diez días de las sábanas y fundas de almohada. La colcha, edredón o funda nórdica no necesita tanta frecuencia, como cada quince días/un mes sería lo recomendable.
Algo que no siempre se cumple, ya que una encuesta reciente hecha en Reino Unido arrojaba cifras muy sorprendentes: casi la mitad de los hombres solteros dijeron que no lavan sus sábanas durante cuatro meses seguidos, y un 12% admitió que las lava cuando se acuerda, lo que podría suponer incluso más tiempo.
Un 62% de las mujeres solteras dijeron lavar su ropa de cama cada dos semanas y las parejas afirmaron hacerlo cada tres semanas, según datos de una empresa de ropa de cama.
Cambiar con frecuencia las sábanas de nuestra cama no solo sirve para alargar la vida útil de éstas, sino que también responde a motivos de salud e higiene. Especialmente por el sudor que genera el cuerpo.
Durante el sueño, continuamos transpirando y se liberan diferentes sustancias además del sudor: saliva, orina, fluidos genitales e incluso materia fecal en las fibras. Además, nuestras propias células muertas de la piel, de las que nos deshacemos durante el sueño, también pueden quedarse en las sábanas, lo que puede atraer a nuestra cama a los ácaros – que se alimentan de piel muerta- y la presencia de ácaros pueden provocar problemas en nuestra piel, como erupciones, brotes de acné y otras molestias.
Por otro lado, si las sábanas no se lavan regularmente, y quien duerme tiene alguna herida o arañazo, puede infectarse. El pie de atleta y otros hongos también pueden transferirse a través de las telas.
En caso de convivir con personas alérgicas a los ácaros, la higiene en ese sentido cobra aún más relevancia y debemos incrementar la frecuencia de la higiene del menaje de la cama, sumado a una correcta ventilación.
Por sus características y su calidad, las sábanas de algodón 100% resultan la mejor alternativa para las personas que tengan alergia, por un lado son hipoalergénicas y, además, algunas de ellas vienen tratadas para reducir aún más las posibles alergias.
Desde Vivienda Saludable os recomendamos una serie de pautas en cuanto al lavado de sábanas:
- Lavarlas antes de estrenarlas: para eliminar posibles residuos químicos de fabricación que nos pueden causar irritaciones en la piel y para quitar el apresto. Este lavado se puede hacer en agua fría, pero es necesario que lleve detergente.
- Revisar si hay manchas y pretratarlas antes de meterlas a la lavadora, con algún producto específico o jabón neutro (Jabón neutro, conoce sus mil y un usos · Vivienda Saludable)
- Leer bien las etiquetas con las instrucciones de lavado y poner el ciclo de la lavadora correcto. No todos los tejidos aguantan programas de más de 40 grados de temperatura.
- Cuidado con las dosis de detergente y suavizante, que pueden acabar estropeando la ropa. La cantidad debe ser siempre proporcional al tamaño de la carga.
- Es mejor que las lavemos solas. Si tu lavadora tiene mucha capacidad puedes lavarlas con las toallas, pero hay que evitar cargar mucho la lavadora y dejar espacio libre para que salgan bien lavadas.
- A la hora de secar es mejor al aire libre, sin que les dé el sol de manera directa. Se puede usar secadora, aunque se corre el riesgo de que se arruguen. En ese caso, deberemos de escoger un programa corto y a baja temperatura.
En definitiva, es importante cambiar con cierta frecuencia nuestras sábanas, así evitaremos posibles infecciones y enfermedades y podremos disfrutar de un ambiente más agradable y un sueño más reparador.