El verano, aunque no lo parezca, es una época propicia para ahorrar energía. Para conseguirlo, nada mejor que seguir los siguientes consejos, muy fáciles, que nos permitirán ahorrar en la factura de la luz.
Además, si aplicamos estas pautas también estaremos haciendo un consumo responsable de la energía, y contribuyendo al medio ambiente.
Consejos para ahorrar energía en verano
Controla bien la temperatura de tu casa y del aire acondicionado
Cuanta más diferencia haya entre la temperatura del exterior y la del interior de la casa, más trabajo tendrá que hacer el aparato de aire acondicionado. Y eso implica un mayor consumo de energía.
Cuando menor sea esa diferencia, menos esfuerzo tendrá que realizar, así que lo ideal es calibrar la temperatura que hace afuera cada día. Así estaremos cómodos en casa y no haremos un gran gasto.
Si llegas de la calle en verano, estarás especialmente acalorado. En vez de bajar la temperatura del aire, espera un poco a que el cuerpo se aclimate al interior.
Para que lo tomes como referencia, el Instituto para la Diversificación del Ahorro y la Energía recomienda una temperatura de entre 24 y 26 grados en verano.
Realiza un buen mantenimiento de tus aparatos eléctricos
En verano, el aire acondicionado y el frigorífico son los electrodomésticos que más trabajan. Por eso, es importante mantenerlos y limpiarlos.
Si los filtros del aire están sucios u obturados, el aparato deberá esforzarse más y consumir más electricidad.
Lo mismo ocurre con el frigorífico. Limpiar su parte trasera y revisar que está a la temperatura adecuada ayudará a un funcionamiento más eficiente.
Invierte en ventanas aislantes
De nada sirve el aire acondicionado si se tiene que estar esforzando, todo el rato, en mantener la temperatura porque las ventanas no aislan. Invertir en unas buenas ventanas aislantes es sinónimo de ahorro.
Muchas veces apagas el aire y, a los 5 minutos, has de volver a encenderlo porque el frescor se ha ido. Esa es una muestra de que la casa no está bien aislada térmicamente. Con unas buenas ventanas, la temperatura se mantendrá y ahorraremos en la factura eléctrica.
Usa alternativas de climatización al aire acondicionado
Un ventilador, por ejemplo, consume muchísimo menos que un aparato de aire acondicionado. Los climatizadores evaporativos, que usan agua, son otra alternativa y también necesitan menos electricidad.
Considera estas opciones para estar fresco, especialmente para los días y horas de menor calor.
Ten en cuenta la importancia de las persianas
Las persianas resultan fundamentales para protegernos durante el verano.
Una buena persiana no solo aísla de la luz solar, también ayuda a mantener la temperatura interior, haciendo de barrera ante el calor.
Por eso, es muy importante elegir bien la persiana e informarnos de su transmitancia térmica. Es decir, de su capacidad de aislamiento.
Cuanto más reducida sea, más aísla la persiana.
Idealmente, deberíamos considerar un valor por debajo de 2. Eso ayudará a ahorrar energía, ya que los aparatos de climatización no tendrán que hacer tanto esfuerzo para mantener la temperatura que hayamos marcado.
Considera comprar cortinas aislantes
Además de las persianas, otro elemento que nos puede ayudar a combatir el calor, y ahorrar energía, son las cortinas aislantes.
Especialmente diseñadas para detener la luz y el calor, y aislar la habitación, son un complemento ideal para ventanas y persianas.
Elige siempre electrodomésticos e iluminación de bajo consumo
A la hora de comprar electrodomésticos, fíjate bien en que sean de bajo consumo. Por ejemplo, un frigorífico de tipo A++ consume la mitad que uno de tipo A.
Lo mismo ocurre con la iluminación. Si tienes bombillas incandescentes o halógenos, es recomendable cambiarlas cuanto antes por iluminación LED de bajo consumo.
Como vemos, el verano presenta oportunidades de ahorrar en la factura de la luz. Os aconsejamos medir el consumo para tomar conciencia de cómo es el uso que hacemos de la energía en el hogar. Si aprovechamos que hay más horas de luz natural y también usamos el balcón o la terraza para realizar actividades al fresco (como cenar o leer) ahorraremos aún más, y contribuiremos a un medio ambiente más limpio.