Con las mejoras en la eficiencia de los electrodomésticos y las etiquetas de certificado energético, se han hecho grandes avances en el ahorro de electricidad durante los últimos años.
El consumo eléctrico de un electrodoméstico certificado A, comparado con el de uno certificado como G, puede ser hasta tres veces menor. Sin embargo, la búsqueda de la comodidad y el ahorro no se detiene ahí. Los nuevos electrodomésticos inteligentes dan un paso más, convirtiéndose en una opción cada vez más popular.
Los electrodomésticos inteligentes
Neveras, lavadoras y secadoras inteligentes, por ejemplo, usan la última tecnología para hacer su labor de una manera mucho más eficiente que los electrodomésticos habituales.
¿Cómo ahorran los electrodomésticos inteligentes? Hoy te lo explicamos con algunos ejemplos muy interesantes.
Las lavadoras inteligentes
Las lavadoras inteligentes juegan un papel importante en el ahorro energético ya que hacen uso de dos recursos muy importantes a la vez: electricidad y agua. Además, en cuanto a electricidad, puede suponer casi el 12% de nuestro consumo, especialmente si somos varios en casa.
Además del menor consumo de los motores más nuevos, esta eficiencia resulta aún mayor gracias a la posible gestión a distancia con el móvil, de manera que puedes dejarla preparada y ponerla remotamente cuando tu tarifa de luz sea más barata, aunque no estés en casa.
Además, algunas lavadoras inteligentes disponen de sensores que detectan qué tipo de prenda hay y la carga exacta de ropa, recomiendan el mejor programa y usan la cantidad de detergente y agua precisa (calculan incluso su dureza para ello) de manera que no se malgasta nada.
Las secadoras inteligentes
Aunque varía según el tipo de secadoras y el certificado de eficiencia energética que tengan, consumen mucha energía cuando las conectas. Por eso, las secadoras inteligentes optimizan ese consumo con prestaciones muy interesantes.
Por un lado, disponen de sensores de humedad que la miden constantemente durante el ciclo de secado, ajustando el tiempo y la temperatura empleados. Eso permite el uso de la energía exacta, sin malgastar un kilovatio y sin que las prendas más sensibles se dañen.
Además, con las secadoras inteligentes, recibes un aviso en tu móvil cuando haya terminado, puedes comprobar el estado del ciclo en tiempo real y, de una manera similar a las lavadoras inteligentes, pueden programarse para ejecutar la tarea en el momento en que tu tarifa eléctrica sea más barata.
Las neveras inteligentes
Otro de los electrodomésticos inteligentes que más se beneficia de los avances tecnológicos es la nevera. Se trata de un aparato que usa electricidad las 24 horas, los 7 días de la semana, con lo que su consumo energético puede ser de hasta el 30% del total.
Una de las prestaciones de muchos frigoríficos inteligentes es la de disponer de una pantalla que te permite ver el interior. Eso hace que minimices las veces que tienes que abrir la puerta de la nevera. Parece anecdótico, pero en esos instantes, el motor se pone a trabajar (y consumir) de manera mucho más intensa.
Otras características interesantes, desde el punto de vista del ahorro energético, es la capacidad de personalizar la temperatura de cada compartimento o cajón, de modo que no sea necesario que todo el frigorífico tenga una temperatura más baja de lo habitual (y un mayor consumo) porque hayas comprado una sola cosa que requiera más refrigeración.
De la misma manera, avisa cuando el filtro del agua necesita ser cambiado o puedes activar remotamente la máquina de hielo. Y además de ahorro energético, proporciona un ahorro general, avisando cuando la fecha de caducidad de los productos está cercana, de modo que no los desperdicies.
Como podemos ver, los electrodomésticos inteligentes suponen un extra de ahorro energético sobre los clásicos, además de tener prestaciones que hacen mucho más cómoda nuestra vida y mucho más útiles a ellos.