Suponen una alternativa ecológica a la calefacción tradicional. Las estufas de biomasa, también llamadas pellets o huesos de aceituna, se perfilan como una fuente de calefacción barata, aunque su penetración todavía es menor en los hogares. ¿Cómo funcionan? ¿Cuáles son sus beneficios? ¿Suponen realmente un ahorro?
Aumento de estufas de biomasa en España
La instalación de estufas y calderas de biomasa creció un 16,2% durante el año 2018, según el Observatorio de la Biomasa de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom). Con ello, también subió un 7,1% el número de calderas de biomasa para uso individual o doméstico, con potencia menor a 50kW.
Los datos también dan a conocer que este crecimiento se debe, en parte, a la venta de nuevas estufas de pellet, que en 2018 alcanzaron las 50.130 unidades. Aunque hay un aumento de la utilización de biomasa en el país, en otros europeos, como en Italia o Francia, se suelen duplicar tales cifras.
¿Cómo funcionan?
Su funcionamiento es el mismo que el de otro tipo de caldera, que, en este caso, se basa en quemar el biocombustible generando una llama que entra en la caldera.
El calor generado durante esta combustión es transmitido al circuito de agua en el intercambiador incorporado en la caldera, y así se obtiene agua caliente para el sistema de calefacción.
Avebiom describe que las calderas de biomasa necesitan un contenedor o silo para el almacenaje del biocombustible situado próximo a la caldera. En el silo hay un alimentador de tornillo sinfín o de succión que conducirá el biocombustible a la caldera, donde se realiza la combustión. Ésta produce ceniza, que se recoge de forma automática en un cenicero.
Más seguridad
Estas estufas aportan mayor seguridad que otros sistemas de calefacción. El IDAE indica que se trata de un combustible sólido con bajo riesgo de explosión y de emisiones tóxicas.
Resistencia eléctrica
Las estufas de biomasas de pellets aportan beneficios, tanto en ahorro de energía como de dinero. La OCU destaca precisamente que cuentan con una resistencia eléctrica que facilita el encendido y la quema automatizada, un termostato para controlar la temperatura y el encendido, un ventilador para acelerar la difusión del calor por la habitación y un programador.
Sostenibilidad y ecología
Tanto la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom) como el IDAE coinciden en señalar que la biomasa es una fuente de energía renovable que no emite CO2 a la atmósfera. Es el conjunto de la materia orgánica, de origen vegetal o animal, y los materiales que proceden de su transformación natural o artificial. Su origen principal es forestal o agropecuario.
Por tanto, son ecológicas, ya que el uso de biomasa en nuestros sistemas de calefacción supone un balance neutro en la emisión de CO2, pues cierra el ciclo del CO2 que comenzaron las plantas al absorberlo durante su crecimiento. Así, junto a la energía solar térmica permite producir agua caliente, calefacción y aire acondicionado. El IDAE destaca que es un combustible más barato y ecológico que los convencionales.
Baja emisión de monóxido de carbono
Este combustible granulado renovable tiene un importante poder calorífico y baja emisión de monóxido de carbono.
¿Cuál es su consumo?
Las estufas de biomasas son indicadas para lugares que necesitan de mucha calefacción durante largos periodos de tiempo. Para la OCU, el consumo medio de estas estufas es de 2 kg/h de pellets, lo que significa que se pueden necesitar, como media, unos 100 sacos por invierno.
Gasto inicial
Aunque supone una alternativa ecológica y un ahorro monetario, el gasto inicial de este sistema puede ser algo más caro que otros sistemas de calefacción convencionales. Podemos optar por estufa o caldera de biomasa siendo la primera un sistema de apoyo al sistema de calefacción existente.
Ahorro en dinero
Esta alternativa ecológica permite ahorrar energía y dinero. Según un estudio de la OCU, las estufas y calentadores de pellets permiten llegar a ahorrar más de 200 euros al año en calefacción.
El propio IDAE reafirma que la mayoría de las aplicaciones térmicas en edificios o redes centralizadas con biomasa suponen un ahorro superior al 10% respecto al uso de combustibles fósiles, pudiendo alcanzar niveles aún mayores según el tipo de biomasa, la localidad y el combustible fósil sustituido.
Haciendo un cálculo sencillo, según diversos ejemplos, la OCU establece que el tiempo de amortización de la estufa de biomasa sería de unos 4 años.
Comparativa con otros sistemas de calefacción
Un kg de pellets equivale energéticamente a algo menos de medio litro de gasóleo (0,46€ el medio litro o 0,090€/kWh), a la cuarta parte de una bombona de butano (3,92 €), a 4,5 kWh eléctricos (0,82€) o a 4,9 kWh de gas natural (0,29€).
Ahora que sabes en qué consisten las calderas de biomasa y sus beneficios, es el momento de plantearse si vale la pena adoptarla en casa.
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