Una de las características más importantes de las ya famosas casas pasivas es que para aprovechar al máximo la energía solar se precisan grandes ventanas. Veamos cómo ha modificado esto nuestra manera de construir y vivir.

¿Por qué son tan importantes las ventanas?

El sol calienta todo lo que toca, ya sea una pared, suelo, mobiliario o el aire. Cuantos más rayos solares entren en una habitación más se calentará durante el día. Los rayos sólo pueden entrar a través de una superficie transparente o un orificio.

De esta manera, cuantas más ventanas tengamos y más grandes sean, más estamos aprovechando el soleado clima de España.

¿Por qué  no tienen tanta superficie de vidrio la mayoría  de edificios de viviendas, entonces?

La letra pequeña de las ventanas era que, si bien la transparencia está muy bien para que entre el sol, precisamente por ser transparente está compuesta de materiales que difícilmente pueden aislar de la misma manera que otros más contundentes como la piedra o el ladrillo. Afortunadamente, esto ya no es así.

No es incoherente que en la antigüedad tendiéramos a hacer ventanas lo más pequeñas posible, aunque ahora parece que que sean grandes es precisamente lo mejor: los materiales que tenían hace décadas (y  siglos) para cerrar los huecos en los muros eran mucho menos aislantes y estancos que los que tenemos ahora. Se les llamaba huecos porque eran verdaderamente agujeros por los que entraba el frío o el calor sin control. Sólo hay que observar el grosor que tienen los muros de las casas del pueblo y compararlos con los finos vidrios y las ranuras entre las piezas de las antiguas ventanas.

Por el contrario, hoy, una buena ventana puede llegar a aislar del exterior tanto como un muro de esos de piedra de 60 centímetros de espesor. Mantiene la temperatura mucho más parecida a la del interior que a la del exterior, no como cuando tocamos una ventana antigua. Además, la tecnología  permite que se pueda asegurar la estanqueidad de todas las partes  de la ventana para que no se cuele anda de aire exterior.

¿Y si no tengo una casa pasiva?

Esto se aplica a todos los edificios: una ventana es un hueco a menos que esté tapado con una ventana de calidad, tanto en lo referente a los materiales como a la instalación. Los productos en el mercado con unos valores de aislamiento y estanqueidad válidos para casas pasivas se instalan en cientos de edificios sin ese estándar. KÖMMERLING, por ejemplo, tiene su Sistema KÖMMERLING 76, que han instalado en varios proyectos certificados como PassivHaus y también en viviendas preexistentes y nuevas por sus buenas prestaciones.

Una casa hipereficiente

Si hay algo que está claro es que las ventanas, si se  eligen bien, ya no penalizan la eficiencia energética: ¿cómo se explica, si no, que esta casa sea de consumo cero?

Brandywine House está en Washington y, además de un diseño espectacular, puede presumir de ser de consumo nulo. Esto se consigue combinando unos cerramientos muy aislantes con energías renovables.

Passivhaus ventanas Brandywine

Passivhaus ventana Brandywine

Brandywine salón

Para más información sobre casas pasivas, esta semana tiene lugar la VII Conferencia Española PassivHaus en Barcelona. Puedes ver el programa y ¡atento a nuestras redes sociales si quieres seguir las jornadas con todo detalle!

Fuente imágenes: Robert Gurney Architect

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