Cada ciudadano español genera, por término medio, unos 600 kg de residuos al año. Son cifras abultadas que fácilmente podemos reducir siguiendo una serie de pautas.
Los residuos son una fuente potencial de energía (considerada renovable en parte por las directivas comunitarias) y de materias primas que pueden aprovecharse en los ciclos productivos, mediante unos tratamientos adecuados.
A estas materias primas, obtenidas mediante operaciones de recuperación, se las denomina materias primas secundarias. Alrededor de un 60% de la basura va a parar a vertederos; sólo una pequeña parte es objeto de recuperación.
Actualmente, disponemos de numerosos mecanismos para no generar tantos residuos y recuperar las materias primas y recursos contenidos en ellos. Para conseguirlo, los ciudadanos sólo tenemos que responsabilizarnos, colaborar y actuar:
- Adquiriendo nuevos hábitos de compra
- Reduciendo en lo posible los residuos que generamos
- Realizando la separación selectiva de los distintos tipos de basura o demandando a las autoridades y empresas medidas correctoras destinadas a minimizar el depósito en vertedero.
Recuerda, prevención, reutilización, reciclado, valorización y eliminación: esa es la jerarquía correcta para gestionar los residuos.
Muy importante no olvidar lo siguiente:
- Podríamos evitar el vertido del 90% de los residuos generados realizando una buena gestión de las basuras; una gestión que incluya medidas que potencien la reutilización, el reciclado y la valorización energética.
- El reciclado de materiales puede alcanzar porcentajes muy altos. En términos generales, los países de la UE que más reciclan son también de los que más residuos gestionan mediante valorización energética.
- Por cada tonelada de vidrio que se recicla, se ahorran 1.200 kg de materias primas, y 130 kg de combustible.
- El aumento progresivo del reciclado de papel en nuestro país debe mantenerse con la colaboración de todos: el reciclado evita usos excesivos de recursos forestales, agua y combustible.
- Existen tecnologías consolidadas que permiten la valorización energética de los residuos con garantías medioambientales y al mismo tiempo contribuyen a reducir la dependencia energética exterior.
- Los puntos limpios son instalaciones donde se reciben, previamente seleccionados, ciertos residuos domésticos como papel, muebles, electrodomésticos, aceites usados, pilas, etc., de forma que éstos puedan ser reciclados y aprovechados posteriormente.
Por un mundo mejor, por una vivienda saludable.