La orientación, el aislamiento o los cerramientos son elementos fundamentales para tener una vivienda eficiente y sostenible. Descubre cómo son las viviendas bioclimáticas.
Si usted va a construir una casa, o tiene capacidad de decisión sobre las características constructivas de su nueva vivienda, le conviene saber que puede ahorrar mucho dinero en la factura energética teniendo en cuenta determinados aspectos constructivos que contemplen aspectos tales como la localización del edificio y el microclima en el que se integrará, para adaptar el inmueble al enclave en el que será construido.
Objetivos de la arquitectura bioclimática:
- Limitar las pérdidas energéticas del edificio, orientando y diseñando adecuadamente la forma del edificio, organizando los espacios interiores y utilizando entornos protectores.
- Optimizar las aportaciones solares, mediante superficies acristaladas y con la utilización de sistemas pasivos para la captación del calor solar.
- Utilizar materiales constructivos que requieran poca energía en su transformación o para su fabricación.
Forma y Orientación
Un edificio mal orientado y con una forma inadecuada puede necesitar más del doble de energía que uno similar bien diseñado y orientado. La forma juega un papel esencial en las pérdidas de calor de un edificio. En líneas generales, se puede afirmar que las estructuras compactas y con formas redondeadas tienen menos pérdidas que las estructuras que tienen numerosos huecos, entrantes y salientes.
La orientación de los muros y ventanas de un edificio influye decisivamente en las ganancias o pérdidas de calor de un edificio. En zonas frías interesa que los cerramientos de mayor superficie, los acristalamientos y las estancias o habitaciones de mayor uso estén orientadas al sur. Y los acristalamientos y superficies orientadas hacia el norte deben ser lo más pequeños posible. En zonas muy calurosas, interesa que haya la menor superficie acristalada en las orientaciones con más radiación solar (la orientación sur y la suroeste).
Cerramientos exteriores y envolvente del edificio
Actuando sobre la envolvente, o piel del edificio, se pueden captar, conservar y almacenar recursos energéticos del entorno inmediato. Además, el modo en que se coloquen los diversos huecos y la distribución de las distintas habitaciones podrán facilitar la ventilación natural.
Las ventanas y cristaleras, los invernaderos, los atrios y patios, con una adecuada orientación, permiten que la radiación solar penetre directamente en el espacio que se debe calentar en invierno, lo que producirá un ahorro de calefacción.
En verano la disposición de los elementos de sombreado, como los voladizos, los toldos y persianas, porches, etc., también podrá evitar ganancias de calor, pudiendo así llegar a evitar la instalación del aire acondicionado.