Estamos concienciados de la importancia de aislar eficientemente nuestro hogar ante las estaciones más frías pero, ¿realmente somos conscientes de que esto mismo es igual de importante con las estaciones más calurosas?
Los calores extremos a los que somos sometidos durante el verano no solo tienen un efecto sobre las personas (como golpes de calor, cansancio, etc.) sino que también afectan y pueden perjudicar seriamente la salud de nuestra vivienda. En este artículo revisamos los peligros del calor en nuestro hogar y las partes más vulnerables del mismo.
No vale solo con instalar aparatos de refrigeración, la clave está en arrancar el problema lo más que se pueda: y esto nos lleva a hablar de aislamiento. Pero no nos adelantemos, para poder prevenir los daños, lo primero es entender el origen del problema y sus consecuencias.
¿Cómo llega a nuestra casa la radiación solar y qué partes son más susceptibles a su exposición?
En cuanto a lo primero se mide por el tipo de recepción y no de emisión. Las formas en que puede llegar a nuestra casa, y más concretamente a nuestras instalaciones, la radiación solar son tres:
- Por radiación directa, aquella en la que los rayos solares inciden directamente sobre la vivienda.
- Por radiación difusa conociendo como tal a la que se recibe de la atmósfera por la propagación de la radiación solar sobre la misma.
- Por radiación de albedo, aquella que se refleja sobre la superficie terrestre.
Así, en cualquiera de sus formas, la radiación solar llega a nuestra casa y es “la cara” de la misma la que más sufre los peligros del calor, es decir, la envolvente térmica. Por ello, deberás prestar especial atención a cubiertas y fachadas junto con las ventanas y vidrieras. Pero ojo, porque como el calor incide además sobre la superficie opaca de la vivienda, también se transmite por conducción hacia su interior.
Peligros del calor para las instalaciones de nuestro hogar
Y para hablar de peligros, tenemos que hablar de elementos que están en nuestra casa. En este sentido, los productos inflamables, que son muchos más de los que automáticamente nos vienen a la mente, bajo un exceso de calor en el hogar, pueden resultar muy peligrosos, puesto que tienen un elevado poder explosivo. Asimismo, si tenemos gasolina y solventes ligeros, que suelen tener en su composición gases fácilmente inflamables, también se evaporan rápidamente con el calor. Por esto mismo, diluyentes, insecticidas, etc. se deben mantener siempre lejos de las altas temperaturas para evitar explosiones.
Mucho peligro tiene también el sistema eléctrico. Y es que en verano, los equipos eléctricos, como el aire acondicionado y los refrigeradores, suelen trabajar al máximo, lo que puede generar un cortocircuito, debido a la excesiva carga a las elevadas temperaturas. Este es uno de los más comunes accidentes por calor en el hogar, y en muchas ocasiones puede terminar en un incendio.
Además de esto, también hay que tener cuidado con las paredes exteriores e interiores, estas se contraen con el calor excesivo y pueden aparecer grietas, sobre todo, en las zonas más débiles. Y si tenemos superficies de madera hay que tener en cuenta que este material también se contrae al estar expuesto a altas temperaturas. Por ello, si en la casa hay vigas de madera, se pueden contraer demasiado y agrietarse. Además, el excesivo calor y los cambios de humedad también pueden repercutir en los suelos de madera, deteriorando las uniones, y produciendo su levantamiento en el peor de los casos.
Próximamente nos adentraremos en las soluciones para acabar con el problema si se tiene y os facilitaremos medidas preventivas a tener en cuenta para vuestro hogar.