Meditar es una forma de disminuir la presión, el estrés y las preocupaciones que nos abordan en el día a día. Y es que cuando meditamos, nos proporcionamos un espacio para restaurar nuestra naturaleza y calma interior.
En los últimos tiempos la salud mental está cobrando mucha importancia, como otro de los pilares necesarios -junto a la salud física– para tener mayor bienestar y calidad de vida. Hay muchos gestos que están en nuestra mano para cuidar de nuestra salud mental y uno de ellos es practicar la meditación.
Beneficios de la meditación
Numerosos estudios han demostrado que meditar tiene muchos beneficios tanto a nivel físico como psíquico. En Vivienda Saludable te contamos cuáles son los más llamativos:
- Reduce los niveles de estrés y ansiedad porque ayudan a tener la mente más calmada, permitiéndote afrontar el día de una forma más relajada. Según una investigación realizada por la Universidad de California, los niveles de cortisol (hormonas del estrés) son más bajos en las personas que practican la meditación.
- Relaja la tensión muscular. Durante la meditación, el cuerpo debe estar concentrado al 100% en tu estado emocional, por lo que los músculos tienden a relajarse y, de manera paulatina, disminuye la tensión acumulada en ellos.
- Ayuda a cultivar la concentración. Incrementa la capacidad para decidir en qué te concentras y el tiempo en el que puedes realizar una tarea sin distraerte.
- Mejora la memoria, la práctica regular permite recordar más las cosas y ayuda al cerebro a mantenerse joven. De hecho, estudios científicos demuestran que el uso de la meditación es efectivo para tratar problemas de la memoria y prevenir enfermedades como el Alzheimer.
- Contribuye a elevar el estado de ánimo. Meditar hace que te sientas más positivo frente a la vida, frente a tu día a día, aceptando y afrontando lo que viene como parte del ciclo del crecimiento personal.
- Potencia tu creatividad: Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Leiden, en los Países Bajos, reveló que meditar incrementa la creatividad, ya que las prácticas de relajación, paz, concentración y calma son capaces de promover tanto el pensamiento creativo como el divergente.
- Facilita y mejora la calidad del sueño: Dedicar un tiempo a meditar antes de dormir hará que concilies el sueño más rápido, descanses mejor, y eso hará que -al día siguiente- te levantes con más energía.
- Afecta positivamente al sistema inmunológico. Un estudio de la Universidad de Harvard indica que la meditación no solo debilita los genes relacionados con causar inflamación en el cuerpo, sino que también puede estimular los genes relacionados con la estabilidad del ADN.
- Puede ayudar a reducir la presión arterial. La meditación ayuda a relajar los nervios que trabajan en coordinación con el corazón, protegiéndolo así de posibles amenazas.
- Facilita una mejor digestión: al inducir la calma, también se puede mejorar el funcionamiento del tracto gastrointestinal y así equilibrar la microbiota (las bacterias intestinales), lo cual te permitirá absorber mejor los nutrientes.
- Ayuda con la percepción del dolor. La meditación es especialmente eficaz para cambiar nuestra manera de percibir y responder al dolor.
Consejos para iniciarse en la meditación
Si nunca has probado a dedicar un tiempo para la meditación, o si lo has intentado en alguna ocasión y has sentido aburrimiento o frustración, no hay que desesperarse. Es una práctica que conlleva tiempo y dedicación, pero cuyos efectos positivos empiezan a notarse a corto plazo.
- Escoge ropa cómoda con la que te sientas a gusto.
- Busca un lugar tranquilo y un momento del día en el que te sientas relajado, sin distracciones.
- La postura es importante. La más habitual es sentado sobre la esterilla o el cojín de meditación, con los hombros y los brazos relajados. Sin embargo, hay otras ocasiones en las que es mejor tumbarnos o escoger un sitio en el que podamos apoyar la espalda.
- Ten paciencia, con el ritmo de vida tan intenso que llevamos, parar unos minutos siempre cuesta. Las mejoras en este campo se ven paulatinamente.
- Busca vídeos o audios que te ayuden. Siempre es más sencillo comenzar una meditación guiada que por libre.
- Céntrate en un objeto: una forma de fomentar la concentración y la serenidad mental es enfocándose en un objeto. Este puede ser el vaivén de tu respiración, tus propias sensaciones físicas o una imagen vista con anterioridad.
- Haz que meditar forme parte de tu rutina diaria poco a poco.
No importa en qué momento empieces a meditar o si es poco tiempo, lo que importa es que seas constante, que escuches a tu cuerpo y a tu mente, y que te dediques un tiempo para sentirte mejor y más relajado.